1_Baile de máscaras. Diego Garcia Libaak
2_La identidad y condiciones materiales pensadas desde la obra pública. Laura Mujica
1 E4_Diego Garcia Libaak
º Posicionamiento y enfoque:
Desde la cultura material, mirando el lenguaje como medio de expresión y la tipología funcional en relación a su uso práctico y social. Considero que por ser una obra de carácter público, no puede desentenderse de la realidad contextual ni ser ajena en cuanto a lo que transmite y el medio a través del cual lo hace, a la memoria del lugar como construcción social.
º Intenciones y fines:
º Intenciones y fines:
Develar
en el lenguaje de la obra y el material que se utilizo como medio expresivo, sentidos
del discurso externo en relación al interno y a la organización tipológica
funcional del edificio, para arribar a una valoración, de acuerdo a su función
social práctica y representativa a través de una interpretación de las
intenciones de diseño y el efecto concreto de esta obra dentro su entorno y
contexto.
º Título: Baile de máscaras
No existe una forma
de ser genuina y por lo tanto ningún medio puede ser entendido como
representación inherente de algo en ausencia de un conglomerado semántico
cultural que lo avale. La intención es develar algunos de los posibles objetivos
e intenciones particulares de los autores proyectuales y promotores políticos
de la obra, y argumentar algunos de sus alcances.
2 E4_Laura Mujica
Sociológico. El
hospital Principe de Asturias es una obra pública, cuando hablamos de la salud,
hablamos de un derecho fundamental humano al que todos debemos acceder. Es
necesario que las obras públicas respondan a las necesidades del contexto en el
que se encuentran, desde su función estética, hasta su función económica,
siempre pensando en el bienestar social.
Pondremos en crisis la obra a partir de algunos signos
o indicadores que llaman la atención, como es la materialidad del edificio y su
relación identitaria con los usuarios siendo un edificio de prestaciones de
salud pública. Por ser un material muy utilizado en la ciudad de Córdoba por el
Arq. Togo Díaz, y los arquitectos paraguayos que actualmente están experimentando
también con el ladrillo como lo hizo Dieste en Uruguay o como lo manejó Kahn retomando
a los romanos que lo hicieron mucho antes. Tanto el Togo cómo Benitez, Cubilla,
Córvalan o Dieste, coinciden en que el ladrillo es un material noble, de fácil
fabricación, existe una muy buena mano de obra en la región y su mantenimiento
a lo largo del tiempo es mínimo. Teniendo en cuenta eso, ¿A qué harían alusión los
arquitectos Viale y Dutari con la fachada del Hospital Municipal Príncipe de
Asturias?, ¿Cómo se relacionaría
este objeto arquitectónico con sus usuarios más próximos, ¿Cuál essería el rol
identitario del ladrillo, en esta obra?
º Título:
La identidad y condiciones
materiaIes pensadas desde la obra pública
En general la obra pública tiene una
connotación particular en su lenguaje, relacionado a el momento histórico en el
que se la construye, a el lugar en el que se implanta, a las políticas de
gobierno a las que responde y/o a la imagen que se le quiere dar al objeto para
la sociedad, buscando o no, que este conjunto de personas se sienta
identificado con el. Por ende es necesario preguntarnos qué es el ladrillo para
algunos y qué es para otros.
La Identidad y condiciones materiales pensadas desde la obra
pública
Según la Real Academia
Española, la “identidad” es el conjunto
de rasgos propios de un individuo o de una colectividad que los caracterizan
frente a los demás. Comúnmente hablamos de lo “identitario” de tal o cual
colectivo o sujeto social para referirnos a lo que lo distingue, lo que nos
hace definirlo de tal o cual manera y lo diferencia de otros, dando sentido
de pertenencia. En una arquitectura dichos rasgos son representados teniendo
en cuenta las necesidades del contexto socioeconómico y la disponibilidad de
materiales de la zona, que configuran obras de arquitectura reales para la
sociedad que la habitará.
Uno parte de presuponer que el
objetivo de una obra pública de arquitectura es el bienestar de la sociedad.
Pero ¿cómo se logra ese bienestar?¿qué
lo determina? El objeto arquitectónico es complejo, no solo por su
capacidad de contener actividades realizadas por personas diversas, sino también
porque este no se encuentra aislado, está contenido en una sociedad, con su
respectiva idiosincrasia, con sus reglas, con sus necesidades, bajo
determinado régimen y contexto político, y de la mano de todo eso también,
asociado a una determinada identidad.
Tomemos como ejemplo el
Hospital Municipal Príncipe de Asturias, más conocido como “Hospital de Villa
el Libertador”. Su puesta en pie, para la zona sur de la Ciudad de Córdoba,
representa un hecho necesario, que durante décadas ansiaron los vecinos que debían
trasladarse al centro de la ciudad para poder ser atendidos por el servicio
de salud pública, en el 2011 se hizo realidad, ubicado en Villa el
Libertador, uno de los barrios más populares de la ciudad de Córdoba.
Ahora bien, además de la
cobertura de esa demanda, desde el punto de vista arquitectónico, cuando uno
se refiere a este hospital, lo primero que se nos viene a la cabeza es su
fachada, la materialidad, la geometría, el rol que juegan los parasoles, lo
antagónico que se ve el ingreso, y por sobretodo, el protagonismo del
ladrillo.
Al ladrillo lo potenciaron los
romanos técnicamente para construir arcos y bóvedas, y a lo largo de la
historia fue utilizado de diversas maneras: revocado, visto, acompañado de piedra,
madera, hormigón o metal. En el siglo SXVII los Jesuitas, en Paraguay, usaban
ladrillos vistos, al igual que los arquitectos Solano Benítez, Cubilla y
Corvalán en el siglo XXI; también lo utilizó Louis Kahn en el siglo XX en
la Biblioteca de la Phillips Exeter Academy, Indian Institute of Management,
Mies Van Der Rohe en Alemania en la casa de ladrillo, Monumento a Rosa
Luxemburgo y Karl Liebknecht, y Dieste en Uruguay magistralmente en Atlántida.
En Córdoba fue Togo Díaz el máximo exponente de su uso con abundante obra en
la ciudad. ¿Qué fue lo que los llevó a todos ellos a construir con
ladrillos? A experimentar sin hostigarse por lo desconocido.
Kahn dijo una vez, le pregunto
al ladrillo:- ¿Qué quieres ser? Y
el ladrillo contesta - yo quiero ser arco
y muro… [arquitectura a la
usanza romana], y así fue que lo utilizó. Dieste los llamaba “cerámica armada”. Por su parte, Togo
Díaz confeccionaba volúmenes escultóricos con el ladrillo; y los arquitectos
paraguayos experimentan sin cesar nuevas maneras de utilizarlo.
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Podemos hablar tal vez
de una “tradición ladrillera”, que Viale y
Dutari -los arquitectos detrás
del hospital en cuestión- decidieron retomar. En la descripción del proyecto
dicen: - El proyecto se expresa como una “caja mono-material” de mampostería
de ladrillo visto, que envuelve una estructura independiente de hormigón
armado bajo la cual se distribuyen todas las actividades tendientes a cubrir
los requerimientos de las especialidades médicas que allí se desarrollan”.
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La
fachada de alta creatividad que en cierta manera remitiría al manejo del muro
horadado regulador climático de las obras ladrilleras de Kahn, como la Iglesia Unitaria de Rochester o el Indian Institute of Management. También
amerita aquí recordar lo que Peter Zumpthor dice en su libro Atmósferas:“No trabajamos con la forma, trabajamos
con el resto de cosas, con el sonido, los ruidos, los materiales, la construcción,
la anatomía, etc. Desde el inicio, el cuerpo de la arquitectura es
construcción, anatomía, lógica del construir...”. Se puede considerar
entonces que, siendo la fachada de un hospital, poco convencional para su
arquetipo, genera un juego geométrico
de luces y sombras que repite en el espacio interior, al tiempo que vibra
constantemente provocando al usuario una sensación de resguardo, contención,
calidez. Permite sentir el pasar del tiempo desde adentro, innovando al
alejarse de la idea de hospital tradicional, para trazar un puente con esa
presencia constante del ladrillo que tienen los cordobeses en su imaginario
de ciudad. Cuando nos referimos a “hospital tradicional” traducimos que en su
mayoría, las fachadas de estos son revocadas, de hormigón visto o también de
ladrillos, pero sin la calidad expresiva utilizada en el Hospital Príncipe de
Asturias. Aquí es donde vemos jugar el tema de la identidad en esta obra.
Córdoba es al ladrillo, como París es a los homogéneos boulevares, Tokyo a
los rascacielos iluminados con neones, o Buenos Aires a los edificios del
siglo XIX en la haussmanniana Av. de Mayo.
Ahora bien, nos interesa
eludir un acercamiento meramente descriptivo del fenómeno en cuestión. Una
perspectiva crítica sobre la obra pública y el desarrollo arquitectónico
debería dar un paso más allá, reflexionar de dónde viene esta predilección
por el ladrillo, su incorporación o consideración dentro del marco público-gubernamental, y en concreto sobre sus condiciones
materiales de producción, acá podría traerse a colación lo que Marx y Engels
plantearon en su trabajo clásico sobre la
ideología alemana. [1]
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A pocos kilómetros, y rodeando
la ciudad de Córdoba, podemos encontrar más de 30 cortaderos de ladrillos, en
los que trabajan en su mayoría familias de procedencia boliviana que vienen a
la Argentina en busca de mejor vida, sobreviviendo en condiciones
infrahumanas, bajo trabajo infantil, sin condiciones laborales, en el
hacinamiento, sin agua potable, en medio de mucha violencia familiar y
social, cobrando menos de un peso por ladrillo. Quienes determinan el valor
en la cadena están en el extremo del consumo: desarrollistas y constructores
generan un esquema que no permite que quienes están en el extremo opuesto, el
productor artesanal, reciba el valor justo por su producto. Andrés Matta al
respecto dice: - “El eslabón más
poderoso impone, a través de los dueños de la tierra y los corralones, el precio
al más débil, condicionando toda la cadena.” [2]. Villa el Libertador es uno de los barrios más populosos de
Córdoba, con una población de más de 25 mil habitantes, entre ellos se
encuentra la mayor comunidad boliviana de la ciudad, lo cual sugiere que
muchos de ellos deben ser víctimas del trabajo insalubre y las condiciones de
vida inhumanas de los cortaderos de ladrillos.
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Volviendo a nuestro
hospital, estamos ante la paradoja de que este lugar que debe dar cobijo a
integrantes de los más vulnerables de la sociedad cordobesa en algunos de sus
momentos más complejos, en general, nadie acude al hospital por divertimento,
les pone a estas personas delante de sí, la vivencia de sentirse bajo “el
amparo” del mismo material de construcción por el cual atraviesan horas de
intensa explotación. La “identidad ladrillera” de la arquitectura cordobesa
seguramente es vivida de forma muy distinta por quienes con su sudor están en
la confección de la materia prima.
Entonces, deberíamos repensar
el uso del ladrillo en el Hospital de Villa el Libertador, y desde la
paradoja, colocar la materialidad y a los diseñadores dentro de la cadena de
producción y gestión de la obra. Pero entendiendo que dentro de la cual, este
material usado de forma creativa derivó en una alta calidad expresiva y espacial
y aportó al control energético, y de ahí, la funcionalidad del edificio
público, contribuyó al bienestar social de sectores postergados, incluyendo a
quienes han puesto su fuerza de trabajo tanto para la fabricación de la
materia prima como para su puesta en obra. Sin por eso olvidar otros vaivenes
de la obra pública que no son del todo loables.
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[1] Marx, Carlos y Engels,
Federico. La ideología alemana.
Tercera edición española, Montevideo,
Uruguay, 1971. Pág 26. La moral, la
religión, la metafísica, cualquier otra ideología y las formas de conciencia
que a ellas corresponden, pierden, así, la apariencia de su propia
sustantividad. No tienen su propia historia ni su propio desarrollo, si no
que los hombres que desarrollan su condición material y su intercambio
material cambian también, al cambiar esta realidad, su pensamiento y los
productos de su pensamiento. No es la conciencia la que determina la vida,
sino la vida la que determina la conciencia.
[2] Véase Gonzalez, Juan
Manuel. Muertes infantiles y
marginalidad detrás de los cortaderos de ladrillos. Del 15 de enero 2017
en
https://www.chequeado.com/investigacion/muertes-infantiles-y-marginalidad-detras-de-los-ladrillos-cordobeses.
Aquí se menciona al Dr Andrés Matta, actual secretario Técnico de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Córdoba y experto en el análisis socioeconómico de las cadenas productivas del ladrillo y la industria textil. Según lo determinado en una investigación en la materia que coordinara en 2010, en la cual sostiene que: la “cadena económica del ladrillo” condena con su inequidad a quienes viven en los cortaderos: “Quienes determinan el valor en la cadena están en el extremo del consumo: desarrollistas y constructores generan un esquema que no permite que quienes están en el otro extremo, el productor artesanal, reciba el valor justo por su producto. El eslabón más poderoso impone, a través de los dueños de la tierra y los corralones, el precio al más débil, condicionando toda la cadena”. |
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