Algunos de los ensayos de crítica que se propusieron en el curso 2014, enfocados en la calidad de diseño y la función social de la arquitectura en el marco de la problemática sobre la cultura del espectáculo, la especulación inmobiliaria y la política de estado.
1_Contextualidad
en la individualidad. Débora
Rahmane
2_Atom heart mother. Juan
Gardey Hüppi
3_La
obsolescencia del envase. María
Eugenia Mattana
4_Olvidos.
Néstor Rangel Hernández UNAM
5_Resilencia
urbana. El lecho de Procusto. Octavio
Muiño
6_¿Un
objeto absoluto? Esteban
Maglione
7_Centro
de Partición Comunal. Matías
Lescano Martin
1 E4_Débora Rahmane
|
1. A través de este ensayo, pretendo descifrar las connotaciones ocultas
tras las denotaciones del Archivo Centro Cultural Córdoba, que representa un
ejemplo de la “Arquitectura del Poder” que preside la arquitectura parlante,
en la que el proyecto es diseñado en base a qué se quiere comunicar.
Analizando diferentes
enfoques y contraponiéndolos, desde los de aquellos que detentan el poder,
pasando por los proyectistas y llegando al ciudadano común que hace uso de
dichos espacios, aspiro a desenmascarar las intenciones detrás de cada
decisión proyectual.
Pretendo definir qué
se quiere comunicar con la obra en cuanto a su implantación y su morfología,
qué necesidades satisface y cómo lo hace, como involucra al ciudadano y a su
historia en el marco del Bicentenario y cómo establece lazos con el resto de
la ciudad en términos de identidad cultural y espacio público.
2. Título: Contextualidad en la
individualidad
Hace referencia a que
la búsqueda de individualidad no implica una falta de relación con el
contexto, sino que van de la mano. Es desde el entendimiento del contexto
donde una obra puede florecer en su individualidad generando un diálogo con
el mismo.
Parámetros críticos:
-PROGRAMA: Definir qué necesidades satisface la obra (reales o creadas) y
qué aporta a la ciudad y a la sociedad como símbolo del Bicentenario (¿Cuál
es su función social?)
-IMPLANTACIÓN: Responder a qué se debe la implantación de la obra en ese
espacio determinado y definir cómo se integra al entorno inmediato.
-ESPACIO: Precisar cómo incorpora la obra el espacio público, si genera o
no una red de espacios públicos con el entorno y diferentes situaciones
espaciales.
-MATERIALIDAD Y MORFOLOGÍA: Detallar cuál es la base para el diseño de
dicha morfología y cuál es el sentido y la vía de materialización completa de
Hormigón Armado.
|
|
3. Contextualidad en
la individualidad
Indagando en el origen de la palabra ciudad surge el término civitas, el cual no refiere a la
ciudad en el sentido moderno de la palabra (urbs), sino al cuerpo de ciudadanos que compone un tipo
particular de asentamiento (1). Se verifica aquí la raíz social en la
construcción de la ciudad, la cual se materializa paulatinamente mediante un
conjunto de arquitecturas que definen porciones de la trama y tejido urbano
en referencia a su tejido social. En este sentido, el Centro Cultural Córdoba
y Pabellón del Bicentenario se enmarca dentro de determinadas condiciones de
verdad sociales y culturales particulares de los ciudadanos de Córdoba,
Argentina, dentro de un cuadro mayor que es el Latinoamericano.
Ubicado en la Avenida Leopoldo Lugones, el Pabellón
debería actuar como intermediario entre el Museo Emilio Caraffa y el Museo de
Ciencias Naturales. Más que casual, la implantación es causal: el discurso
debe ser leído. Detrás de la denotación de la promoción de la cultura en la
ciudad (lo cual es absolutamente trascendental y sustancial para la misma),
se esconde la connotación de responder a las lógicas de mercado “consumista”
y “clientelista”, construyendo un edificio para albergar un programa cultural
de centro de interpretación sumado a lo propuesto posteriormente por los
proyectistas de generar una nueva sede del archivo histórico de la provincia,
lo cual enfatiza la falta de coherencia del programa original. Estas
“necesidades” tal vez podrían haber sido resueltas, total o al menos
parcialmente, re-utilizando y re-apropiando arquitecturas existentes,
re-prensándolas.
La propuesta ganadora del Concurso Provincial de
Anteproyectos iniciado en el año 2010
(concurso público por cierto, lo cual constituye una gran herramienta
democrática dentro del campo arquitectónico) fue proyectada por un estudio
conformado, entre otros, por profesores de la Facultad de Arquitectura,
Urbanismo y Diseño de la Universidad Nacional de Córdoba. En este escenario,
sorprende la total falta de conexión física y perceptual entre el edificio y
el entorno inmediato, a pesar de lo planteado en el discurso de los autores
que define al Pabellón como “articulador” de las arquitecturas existentes.
Pareciera ser que el único elemento unificador, reconocible solamente en el
plano de implantación, es un estrecho sendero de cemento mientras que los
edificios se presentan como objetos aislados unos de los otros. Este giro
lingüístico se verifica una vez más al hacer referencia a la topografía, en
donde el discurso de los proyectistas de “destacar la memoria topográfica” se
contradice con la falta de adaptación del edificio al terreno y su
consecuente necesidad de haber excavado grandes volúmenes de tierra para
lograr su construcción. (2)
La falta de
comunicación con el entorno se correlaciona con la oposición morfológica
impuesta al mismo, en donde la cubierta del Pabellón actúa como protagonista
en sintonía con los preceptos planteados por una corriente arquitectónica
llamada Parametricismo, la cual proyecta una arquitectura líquida y fluida
que se opone a la geometría euclidiana ajustándose a las “necesidades del
siglo XXI”(3). Esas necesidades sin duda no son nuestras necesidades como
latinoamericanos: Son necesidades creadas que surgen en países con diferentes
condiciones de verdad. La oposición morfológica planteada por el Pabellón no
pretende una integración para aportar al collage urbano: sin duda impone un
monólogo que simpatiza con las ideas de una “sociedad orwelliana” que al
acceder al poder tergiversa ideales en pos de lograr el beneficio propio (4).
No pretende rescatar elementos de aquella corriente y generar una
transculturación inteligente: Sin duda apuesta al formalismo desinteresado y des-enraizado.
Para poder construir la obra atendiendo a dichas
condicionantes morfológicas se optó por un material maleable que sea
perdurable en el tiempo y producido localmente: el hormigón armado. Si bien
las características propias del material se adaptan perfectamente a los
requerimientos planteados, el haber logrado construir el Pabellón constituye
una hazaña. Los constructores debieron afrontar innumerables conflictos
debido a la falta de tecnología y métodos apropiados en Córdoba para
materializar este tipo de estructuras, lo cual conllevó a un significativo
aumento de costos y pérdida tiempo.
En cuanto al faro, el mismo fue presentado en el marco
del Bicentenario de la República como símbolo de la ciudad. Ahora bien, si
algo es creado solamente con el propósito de ser un ícono ¿podría realmente
perdurar en el tiempo? Una arquitectura no puede moldear a la sociedad; es
justamente desde el seno de la sociedad donde nace la forma arquitectónica
(5). Un símbolo cordobés debería ser aquel que refleje los valores, la
historia y la cultura que caracterizan a nuestra ciudad como constructo
social. El faro fue presentado también como “elemento escultórico”. Con una
altura de 102 metros, desde lo alto se abarca con la mirada la totalidad de
la mancha urbana cordobesa. Pero, ¿quién abarca la ciudad con la mirada? ¿El
ciudadano al cual éste “símbolo” representa? Lamentablemente, no. ¿Cómo se ha
llegado a planear semejante estructura sin condiciones de accesibilidad
pública, sin participación ciudadana? Aún no hemos encontrado respuesta.
Retomando la
cubierta del edificio, la misma fue proyectada como una continuación del
espacio público de la calle lo cual constituye un aporte muy interesante en
el área que podría constituir un argumento de peso significativo para
respaldar dicha morfología. Sin embargo, al presentarse como una escalinata
de hormigón llana dejando de lado la creación de distintas atmósferas, la
misma no admite diferentes situaciones espaciales: verde y gris, luces y
sombras, fueron reemplazados por un espacio de una única tonalidad que admite
la apropiación por parte de los ciudadanos exclusivamente bajo ciertas
condiciones ambientales que respondan a esa tonalidad. Si éstas no se
cumplen, el espacio no se utiliza. Una vez más, frente al discurso de la
“cubierta como mirador” planteado por los proyectistas se esconde la realidad
del faro como el verdadero mirador, inaccesible, y la cubierta como un
espacio público con falta de diseño para dar paso a la apropiación.
Estableciendo
una analogía a lo planteado por Fromm en su libro El miedo a la libertad, como latinoamericanos debemos
emanciparnos de la autoridad homogeneizadora que impone la globalización e
impedir que nuevas corrientes que surgen en escenarios diferentes al nuestro
invadan nuestra producción cultural (6). Debemos lograr una síntesis
reemplazando ese orden por uno genuino que se arraigue al territorio y al
contexto, dejando de lado el formalismo proyectual descomprometido y tomando
las pequeñas oportunidades como palancas para levantar una mirada desde el
Sur.
NOTAS
(1)Raymond Williams:
Keywords, Oxford University Press,
Nueva York, 1983,p.55-56.
(2)Vivian
Urfeig: “Punto de encuentro en la barranca”, ARQ Clarín Memoria topográfica, 11/11/2014, p. 9-12.
(3)Estudio Zaha
Hadid y Patrick Schumacher, Total
Fluidity, Springer Vienna Architecture. Viena, 2011, introducción.
(4)
“Sociedad orwelliana”, término en relación a las novelas Rebelión en la granja (1945) y 1984 (1949) de George Orwell. Hace referencia a sociedades que reproducen actitudes
totalitarias y represoras, tergiversando ideales y traicionando al pueblo.
(5) The Why Factory,
Visionary cities, Nai Publishers,
Bélgica, 2009, p. 32 y 38.
(6) Erich Fromm, El miedo a la
libertad, Paidos, Buenos Aires, 1986, capítulo V.
|
2 E4_Juan Gardey Hüppi
|
1. La intención de la crítica es poner en
cuestionamiento los signos aparentes de diversos orígenes, para analizar de una manera holística el proyecto,
abordar y encontrar el sentido del edificio, analizando las relaciones entre
los componentes del programa, de esta
manera comprobar si es necesario asignar un usuario tan específico, si el
fomento de las relaciones sociales tienen como finalidad el desarrollo de las
artes o si es solo una segregación social, que intenta establecer cierto status
social. ¿Cuál es el origen del programa? ¿Cuál es el rol de “groncho”, las
ammenities? Relacionado al desarrollo inmobiliario, ¿Tiene este
edificio una finalidad atípica que no comparte con la edilicia actual en
Córdoba? ¿Cuál es el significado que las tipologías desarrollen una apertura
visual tan extrovertida? Generando una resolución diferente a la propuesta
tradicionalmente en Córdoba.
2. El título proviene del álbum homónimo
de Pink Floyd del año 1977, generando una alusión y un paralelismo, primero
debido al nombre del desarrollo “Corazón de Manzana” y la traducción “Madre de
corazón atómico” y por otro lado el significante principal dado por el título
del disco basado sobre una mujer
embarazada que había sido sometida a una operación de corazón incorporándole un marcapasos atómico, que era una innovación tecnológica revolucionaria, por otro lado
conceptualmente el edificio se desarrolla como 12 escenarios para la buena
vida, que pasaría si este “Corazón” fuera el “Átomo”, la partícula que desvía
el rumbo tangencial de la ciudad y resultara “madre” de un germen que empieza a
cambiar los paradigmas actuales de la edilicia privada, incorporando innovación
en el aspecto programático, tecnológico y el rol protagónico de los usuarios.
3. ATOM
HEART MOTHER
Los edificios
de vivienda se desarrollan en Córdoba desde fines de siglo XIX sin
interferencia, de acuerdo a las necesidades de una sociedad en desarrollo
asintótico sin tope de crecimiento, luego del auge de los barrios pueblo
periurbanos, con la implantación del Plan Crisol, la extensión de la mancha
urbana que entonces contaba con aproximadamente 90.000 habitantes se expandió
en todas direcciones, este crecimiento sostenido y desmedido generó una
apropiación característica sobre el suelo de la ciudad. El barrio los altos, límite
geográfico de esa primera Córdoba que hacia 1871 incorporó el Observatorio
Astronómico, permanecería como un intersticio urbano con vacantes en gran
cercanía al centro de la ciudad. Hoy es un sector en pleno desarrollo de
densificación, en el cual la proyectual inmobiliaria se encarga de reproducir
edificios iguales, que no se relacionan con el entorno ni tampoco con el
usuario y solo cumplen condiciones habitables mínimas.
Pues, en los
proyectos de edificio de viviendas que se ejecutan en la actualidad, hay una
gran mayoría representada por estas “grandes desarrollistas inmobiliarias” que
desde mi perspectiva imperan en quebrantar
normativas y leyes creando escenarios que atentan contra la ciudad, la arquitectura y
contra la sociedad. El reto de la arquitectura
actual
es interpretar el cambio de paradigmas y dejar las referencias establecidas por las vanguardias de comienzos de siglo XX como verdades. Reconocer una realidad en
continua transformación y a una sociedad que plantea nuevos retos a
los que hay que responder con herramientas
contemporáneas.
“Se trata de construir un nuevo pensamiento que
interprete que detrás del mundo de las formas existen implicaciones sociales y éticas; cada posición formal remite a una concepción
del mundo, el tiempo y el sujeto. Construir sistemas interpretativos de síntesis que sepan conciliar las interpretaciones
formales con la crítica a la ideología, es decir, que
expliquen el arte, la arquitectura y la ciudad desde lo social y Político pero que, al mismo tiempo, sepan analizar a
fondo las obras, rechazando explicaciones simplistas y esquemáticas que pretendan reducir la
complejidad de los mundos creativos y formales
exclusivamente a condiciones económicas e ideológicas”.⟨1⟩
Actualmente
varios de estos desarrollos se encuentran parados ya que no cumplen normativa y
están a la espera que se envíe al consejo deliberante un “proyecto”⟨2⟩ para penalizar las infracciones y permita la
finalización de estos desarrollos. “Interdictos que toda vanguardia recibe por repulsión: se descubre que son obras vacías intelectualmente,
verbalmente sofisticadas, moralmente peligrosas
y que sólo deben su éxito al
esnobismo”⟨3⟩. De el manojo restante destaco la voluntad
del proyecto de Pablo Dellatorre. Sin presencia sobre la calle, se erige puertas adentro “Corazón de Manzana”⟨4⟩. Una intervención revisionista que reinterpreta la forma de
habitar. Se desarrolla más sensata que la arquitectura propuesta por la
proyectual actual.
Con una
expresión diferente, el edificio se desarrolló a partir de premisas que
funcionan como apuntalamiento para el sentido del mismo, por un lado generar 12
unidades flexibles que se proponen como “escenarios para la buena vida”,
marcada por una gran calidez vivencial. Por otro lado se definió al usuario
para congregar un grupo humano que generase una pequeña comunidad, cargada de
sensibilidad como bastión y el edificio como medio para la producción y la
vida. A su vez el arquitecto produjo piezas características para la obra con
materiales reciclados y por último resolvió un edificio de programa acotado
desde una perspectiva personal, como si se tratara de la vereda de enfrente de
un desarrollo inmobiliario.
Cada unidad
cuenta con una expansión propia en madera que realza la sensación de estar en
una posada, como si uno ingresara e inmediatamente dejara lo pesado de la
vorágine del día y se encontrara en un espacio de relajación incorporando el
exterior a través de grandes paños de vidrio, hacen una arquitectura simple
rememorando la casa Farnsworth. A través de estos se puede apreciar como
desarrolla una gran piel rítmica, como una parra vertical, La expansión
visual desde cada unidad y desde el exterior hacia las fachadas parecen estar
en contravención a las fachadas propuestas por la desarrollista.
|
“Groncho”, un
SUM con hipertrofia es uno de los elementos constitutivos que aportan al
usuario esa plusvalía programática respecto de otros edificios, ya que es un
espacio no sólo para recrearse sino también es un punto de encuentro social, de
hecho, es el signo neurálgico del fin que persigue Córazon de Manzana,
trascender el hecho de habitar como individuos y lograr perpetrar en los
destinatarios para que se habite como una comunidad, identificada con el sitio
y con sentido de pertenencia al mismo. De esta manera vivir una “buena vida”.
Aristóteles propone
una diferencia entre “la praxis”, que es una acción inherente que lleva en sí misma su propio fin, y la “poiésis", que es la producción de una obra exterior al sujeto (agente) que la realiza. Dentro de este
marco las intervenciones se podrían agrupar en aquellas que el fin carece de
una base ética y estas otras en las que desde el primer esbozo persiguen responder
al fin de la “buena vida” que solamente puede alcanzarse en comunidad. Así
mismo el usuario se define para que en la relación intrínseca de las artes los
integrantes puedan realizarse, de producir una emoción, tan solo una, podría
decirse que la intención es exitosa. Los usuarios en este caso son los
protagonistas principales, cada uno tiene un rol, y el escenario, el edificio
es el medio para que esas relaciones se den.
Según el
maestro Mies: “La arquitectura es la voluntad de una época traducida al espacio”, pareciera
que la voluntad de nuestra época es la repetición, el mayor número de unidades
posibles para que el rédito económico prime por sobre el usuario. en la
jerarquía de valores el actor inmobiliario puso la plata por sobre las
necesidades. como consecuencia los edificios se volvieron cajas de zapatos.
Esta intervención realmente está en la vereda de enfrente de aquellos
desarrollos. Qué pasaría si este
desarrollo “Corazón” de Manzana fuera el “Átomo”, esa
partícula mínima que choca y desvía el rumbo
tangencial de la ciudad y resultara “madre” de un germen que empieza a cambiar los paradigmas actuales de la
edilicia privada. Aportando una mirada crítica consigo misma, poniendo al usuario
nuevamente como protagonista.
⟨1⟩ Dr. Arq. MONTANER, Josep María.
publicación COAM (Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid) Nº 332
⟨3⟩ Roland
Barthes. Crítica y Verdad. Traducido por José Bianco.
Siglo XXI, Buenos Aires, 1972. Título
original: Critique et verité.
Editions du Seuil, 1966.
⟨4⟩ http://www.plataformaarquitectura.cl/cl/625418/corazon-de-manzana-pablo-dellatorre
3 E4_María Agustina
Mattana
|
1. Mis intenciones son proponer una reflexión acerca de la
realidad aparente que se observa de la obra y el sentido que hay por detrás
situándola en tiempo y lugar para comprender también cuales son los componentes
de la cultura que intervienen en este proceso, es decir, ¿Cómo fue que se llegó
a esto? Si el fin ético perseguido por la crítica es la calidad de diseño y la
función social que cumple el objeto arquitectónico, me propongo indagar en
estas cuestiones y comprobar si realmente es así. Además mis intenciones son
tratar de develar móviles ideológicos y especulativos que gestan este tipo de
obras privadas.
2. Título: “La obsolescencia del envase” es el título que
elegí para este ensayo que intenta poner en crisis esta torre vidriada, una
repetición más de la secuencia de torres con el mismo carácter, que no revelan
su función ni reflejan una consideración por el entorno, ni por la innovación.
Uso la palabra “obsoleto” con sentido de inadecuación y de pérdida de validez
en la realidad y el contexto actual en esta ciudad. Y la palabra “envase” hace
referencia al formalismo que detecto en la obra.
3. LA OBSOLESCENCIA DEL ENVASE
En el año 1998 se
publicaba un artículo en la revista Arquitextos sobre el “primer edificio
inteligente de Córdoba”, el Córdoba Business Tower. Ubicado en la tradicional
esquina de Obispo Trejo e Hipólito Yrigoyen sobre una antigua casona, se
presentaba esta torre vidriada de
oficinas como “el desarrollo de un edificio del tercer milenio con la más
avanzada tecnología”[i].
Hoy, dieciséis años después, el mismo estudio de arquitectos Ferreyra -
Weskamp (FWAP Arquitectos), se encargan de proyectar el hotel Y111 en la
vereda de enfrente: otra torre vidriada que irrumpe sobre la antigua casona
Becerra construida entre 1910 y 1915 donde funcionó el Museo de Ciencias
Naturales Bartolomé Mitre[ii],
reconstituyendo el vacío que había quedado en la esquina. Como si en este
período los procesos sociales, culturales, económicos y tecnológicos no
hubiesen producido cambios, la respuesta arquitectónica a un programa
distinto sigue siendo la misma.
|
Esta obra privada de más de 6000 m2,
tiene 17 niveles incluyendo subsuelo y azotea, la planta baja posee un hall
de entrada y bar, en el primer piso hay una sala de convenciones y un
desayunador, luego comienzan las plantas tipo con habitaciones y en azotea un
lugar común con gimnasio y pileta. Los primeros cuatro niveles se encuentran
dentro de la volumetría de la antigua casa, de la cual se conserva la fachada
y la escalera principal, luego comienza la torre que extiende verticalmente
el perímetro de la vivienda original con un ritmo de aventanamientos y placas
de alucobond como revestimiento, armando un collage entre lo existente y lo
nuevo.
|
Parece que el concepto engañoso que se tiene de edificio inteligente, sigue teniendo vigencia y se ha convertido en un estilo, combinando la automatización y las telecomunicaciones con materiales constructivos de vanguardia y de rápida ejecución, como símbolo de progreso económico, tecnológico y social. Roberto Fernández lo llamaría “ilógica proyectual”[3]: lo que debe hacerse -por cuestiones de imagen- debe hacerse a cualquier costo, pasando por alto las circunstancias reales de tiempo y lugar. Cabe analizar entonces, la validez de estos términos que se ponen de moda como el de “edificio inteligente” que no trascienden de un formalismo proyectual descomprometido. Y esto tiene que ver también con el sistema constructivo adoptado de estructura independiente con fachada vidriada, tipo Courtain Wall, en detrimento de la habitabilidad, con exigencias de acondicionamiento térmico que requieren un gasto energético extra para una latitud como la de Córdoba (según el estudio a cargo del proyecto se considera “amigable con el medio ambiente” por tener doble acristalamiento). Esta manera de relacionarse con el medio ambiente está en sintonía con el fin que persiguen los grupos desarrollistas: con prácticas individualistas que en general se apartan de los principios éticos, y se rigen con las normas de la “suma cero”[4], es decir si alguien se enriquece es porque alguien se empobrece. Esta situación refleja la falta de compromiso social y medioambiental por parte de algunos agentes de la institución arquitectónica que poco tiene que ver con la idea de servicio y la búsqueda del beneficio social que debería cumplir el arquitecto y su obra[5], entendida como fenómeno creativo de la construcción del hábitat humano.
Al analizar una obra de
arquitectura, lo primero que vemos es el estado aparente de la misma, su
localización, forma, materialidad, es decir, lo referente al lenguaje que es el
que refleja los comportamientos de la cultura y la sociedad a la que pertenece.
En un contexto de mediatización, donde la vida social se
puede entender como la degradación de ser en tener, y
de tener en simplemente parecer[6], la arquitectura se preocupa más por la
forma y el estrellato que por cumplir con la función social. Los arquitectos ya
no son servidores sino protagonistas del acontecimiento. Ésta es la sociedad
del espectáculo, donde el lenguaje está constituido por los signos de la producción
reinante, que son, al mismo tiempo, la finalidad última de esta producción. El
espectáculo en la sociedad corresponde a una fabricación concreta de la
alienación destinada a anular el pensamiento y aumentar la cultura del consumo
y del entretenimiento. Cabe entonces preguntarse acerca de la obra qué se
persigue con la elección de los materiales y el lenguaje adoptado si ya quedó
claro que no son innovadores ni evidencian su función. ¿Por qué se apela a
discursos repetitivos que no ofrecen respuestas innovadoras ni demuestran un
compromiso con la realidad contextual? Según el arquitecto Weskamp la obra
realza el valor de un edificio que constituye por sí mismo el patrimonio
urbano, y por el otro enriquece la herencia arquitectónica de la avenida con
una nueva operación que propone un contrapunto con el primer edificio realizado
hace 14 años[7].
Es necesario mencionar, que la ubicación
del lujoso hotel no es inocente ya que se ubica en una esquina estratégica de
la avenida más importante y representativa de la ciudad, por su sentido
histórico y funcional y por estar ubicada en el barrio Nueva Córdoba, un
sector económicamente activo y el más dinámico en materia de cultura,
recreación y turismo en la ciudad, asegurándose así de no pasar
desapercibido. El proyecto original demandó
una inversión cercana a los 33 millones de pesos, de los cuales 16 millones
se encuadran bajo el alcance de la ley provincial nº 7.232 de Promoción
Turística, formando parte de la Media Legua de Oro Cultural, un circuito que
integra un conglomerado de espacios culturales de gran valor arquitectónico y
artístico que intenta recuperar el patrimonio y ponerlo a disposición
de “todos”, lo que ya se convirtió en un slogan del gobierno provincial.
Frente a nuestros ojos, entre luces de
colores y ruinas de las cuales surgen nuevos museos, paseos culturales,
bares, centros de compras, parques y el preciado hotel de la Avenida Hipolito
Yrigoyen, la “Cultura para todos” se hace recurso en la reproducción del
capital privado y del Estado.
|
|
El tema del patrimonio merece una reflexión
aparte, pero creo necesario preguntarnos cuál es el valor que le damos como
sociedad, si realmente queremos conservarlo o pesan más las inversiones
especulativas que no amparan el bien común sino que persiguen el bien propio.
En la obra se ve claramente que hay una intención de no dañar la fachada de la
casona original, sino que se intenta restaurar, pero ¿es esto un acto de
protección patrimonial o solo se intenta cumplir con una normativa municipal? ¿El
nuevo edificio establece un verdadero diálogo con la casa original o solo se
trata de extender verticalmente la forma?
Marina Waisman dijo: “Lamentablemente los
tiempos políticos -a lo que yo agregaría también los tiempos de los
desarrollistas inmobiliarios- no suelen coincidir con los tiempos históricos:
los primeros requieren de realizaciones instantáneas y llamativas, aunque
resulten efímeras, los tiempos históricos requieren la pausa y el ritmo
necesario para que cada obra se geste, crezca y madure para que en suma,
adquiera las cualidades que la convertirán a su vez en patrimonio.”[8]
Como
agentes de la institución arquitectónica y por lo tanto hacedores del hábitat
humano es obligación valerse de la ética
y la responsabilidad social, persiguiendo la calidad de diseño, para no caer en
la especulación ni en el formalismo efímero.
[1]
“Córdoba Business Tower. Primer edificio Inteligente de Córdoba”, Arquitextos
N° 46, año 1998.
[2]
Según la Municipalidad de Córdoba, la casona integra el catalogo 2013 de
Patrimonio Cultural de la Ciudad de Córdoba, como edificio de media protección.
La empresa que construyó el nuevo museo, Sol Ingeniería y Construcciones,
recibió la casona en parte de pago por parte de la Provincia y eso originó,
en esa época, cuestionamientos de defensores del patrimonio histórico por el
temor de que fuera demolida y se destinara a desarrollos inmobiliarios
rentables.
Fuente:
http://archivo.lavoz.com.ar/nota.asp?nota_id=80179 11 de junio de 2007
http://www2.cordoba.gov.ar/portal/wp-content/uploads/downloads/2013/09/PLANO-NUEVA-CORDOBA.pdf
[3]
Roberto Fernández, “Lógicas de Proyecto”. Editorial Librería Concentra.
Esquina del Arquitecto. Buenos Aires, 2007. (Pag 222).
[4]
José María Rinaldi, economista. Discurso en el marco del “6to ciclo de
cine y arquitectura: Entre Planos”, en el Auditorio del Museo de Antropología
de la UNC. Septiembre de 2014.
En teoría
de juegos no cooperativos, un juego
de suma cero describe una situación en la que la ganancia o pérdida
de un participante se equilibra con exactitud con las pérdidas o ganancias de
los otros participantes.
Se
llama así porque si se suma el total de las ganancias de los participantes y se
resta las pérdidas totales el resultado es cero.
[5]
Estos son algunos de los preceptos que se establecen como perfil ético del
egresado en el Plan de Estudios 2007 de la Facultad de Arquitectura Urbanismo y
Diseño de la UNC.
[6]
Guy Debord, “La sociedad del espectáculo”. Editorial PRE-TEXTOS. Valencia,
2005.
[7]
Artículo: “Hotel Yrigoyen Y111, de FWAP
Arquitectos”. Revista ARQ Clarín. Septiembre de 2014.
[8]
Marina Waisman, “Tiempo político y tiempo histórico”, Arquitextos N° 14, año
1991.
4 E4_Néstor Rangel
Hernández_UNAM
|
3. OLVIDOS
La
ciudad de Córdoba cuenta con 6.35 metros cuadrados por habitante, según su
último reporte.
Este
dato puede ser algo alarmante ya que hacia el 2008 la ciudad contaba con
aproximadamente 8.9 m2 por habitante(1). La Organización Mundial de la Salud
(OMS) recomienda un promedio de entre 10 y 15 m2. Si bien hubo una
disminución en las áreas verdes, también hay que ver un incremento
poblacional y un posible aumento en la construcción en zonas donde
anteriormente no había. Actualmente los nuevos proyectos arquitectónicos
contemplan espacios verdes o públicos como espacios de gran valor ya que en
estos lugares se permite una gran congregación de gente y aún más importante,
en construcciones nuevas ganan la aceptación de la gente.
La
historia del museo data de 1915, fue proyectado por el arquitecto húngaro
Johannes Kronfuss y contemplaba tanto el museo como la Escuela de Artes
Aplicadas de la Provincia, que no fue concluida. En el año de 1938 se
construye cercano al museo el I.P.E.F. Hacia 1962 se ejecuta una primera
ampliación y no es hasta 2006 que se realiza una segunda ampliación.
Ésta
última ampliación del museo Emilio Caraffa, que inicia obras en 2006 y
culminan en 2007, es destinada específicamente a la dotación de áreas
técnicas para la conservación, documentación, investigación, difusión,
etcétera) y es, además, orientado a exposiciones temporales. Para ello la ley
provincial número 9345 y 9355 son modificadas en el mes de diciembre de 2006
(2). Dentro de la ampliación del museo se hace un cambio de escala en el
museo y pasa de los 1200 m2 a 4400m2. Según sus autores el edificio sirve
como un conector que se desarrolla en el espacio uniendo las piezas
existentes (3). La estructura utilizada permite librar grandes claros,
manteniendo intacto gran parte del terreno. Hay un buen manejo de niveles y
una apertura de plazas públicas y grandes espacios verdes.
Si
los planes de 2006 contemplan la extensión del museo a la comunidad, estar en
esos espacios abiertos que son generados da a entender que la intención es
contraria. Al caminar por ellos se puede tropezar con limitantes visuales y
espaciales como vehículos, rejas y hasta guardias de seguridad que limitan el
uso del espacio abierto. Estos espacios en lugar de cumplir con su función,
ayudan al fortalecimiento del hombre hastiado o asediado. Hombre que es
impedido a alcanzar su realización, que carece de arraigo y, que por tanto se
vuelve desinteresado, individualista.(4)
Para
la RAE olvidar es dejar de tener en la memoria lo que se tenía o debía tener
(5). El museo Caraffa parece haber olvidado su historia. Olvidó la
construcción de 1915 y la volvió una sala de exposición más; olvidó la ciudad
y su entorno, encerrándose dentro de su terreno, y quizá hasta se haya olvidado
de que el arte expresa una visión que interpreta lo real o lo imaginario y lo
expresa con recursos plásticos.(6) ¿Será que el arquitecto vio una sociedad
polarizada y en conflicto que sólo encuentra en el aislamiento espacios para
la interacción(7)? ¿Se olvidó del usuario?
|
|
Dentro
del museo podemos encontramos contradicciones: espacios públicos abiertos que
a la vez son espacios cerrados e inaccesibles, espacios que al exterior
parecen grandes pero al interior terminan siendo limitados por el uso que se
les da y el uso que se permite. Vemos, también, dos construcciones históricas
que parecieran inútiles ante la nueva adaptación que no permite una vivencia
tan ‘interesante’ como la que se puede tener en la nueva construcción. Lo más
grave de todo es el mal manejo en el espacio público, espacio que para José
Antonio Corraliza (8), expresa un significado social y personal, en que la
valoración emocional hay un ambiente que impacta en el bienestar. Por eso no
debe sorprendernos como una obra importante para la ciudad presenta espacios
públicos vacíos.
Generar
espacios diversos para diferentes usos y usuarios, nos habla de una inclusión
y un pensar la obra para la comunidad; saber que está hecha para diversas
personas y por tanto ser tan flexible que permita ser compartido por los
paseantes, la gente de paso y los vecinos. Espacios de expresión para una
comunidad tan diversa logrando una extensión del arte como medio de
comunicación debería ser importante al momento de proyectar museos o recintos
culturales, ya que la cultura reside en la comunidad y la comunidad se puede
congregar en espacios comunes que, en las obras nuevas, ganan la aceptación
de la gente. Una preocupación para la creación de nuevos espacios o la
activación de ya existentes es “crear un ámbito realmente humano, abierto y
liberador, al par que sugerente, de modo que al habitar el usuario no se tope
con la inscripción descrita por Dante a la puerta del Infierno: Abandonad
toda esperanza, vosotros los que entráis” (9).
1
Marconetti, Diego. Nadie sabe cuánto espacio verde hay en la Capital.
Diario La Voz del Interior. 2013/01/28. Recuperado de:
http://www.lavoz.com.ar/ciudadanos/cordoba-ciudad/nadie-sabe-cuanto-espacio-verde-hay-capital
3
Arch Daily. Museo provincial del Bellas Artes Emilio Caraffa.
Recuperado de: http://www.archdaily.mx/mx/02-36938/museo-provincial-de-bellas-artes-emilio-caraffa-ggmpu-arquitectos-lucio-morini
4 Del
Acebo Ibáñez, Enrique. Sociología de la cultura occidental. Claridad.
Buenos Aires, 1993. Pp. 238.
5
Real Academia Española. Olvidar. Diccionario de la RAE. 22° Edición.
Recuperado de: http://buscon.rae.es/drae/srv/search?id=fj4FB4EQXDXX2l01qrpA
6
Real Academia Española. Arte. Diccionario de la Real Academia Española.
22° edición. Recuperado de:
http://lema.rae.es/drae/srv/search?id=tMEhYK41MDXX2KKKu3PW
7
Para Mario Margulis, la ciudad se puede leer como una desigualdad. Al tener
una ciudad hostil, riesgosa y poco hospitalaria, el espacio público de la
misma deja de ser un lugar de encuentro y la interacción social se restringe.
La ciudad de vuelve ajena para sus habitantes y entonces surgen espacios
privados donde se dan aquellos encuentros que tenían lugar en espacios
abiertos. Para el autor hay un espacio televisivo que es limitado, es el
nuevo espacio público. Ahora, los nuevos espacios públicos se experimentan en
privado, en el aislamiento. Margulis, Mario. Sociología de la cultura.
Conceptos y problemas. Biblios. Buenos Aires, 2009. Pp. 102.
8
Corraliza, José Antonio. Capítulo Emoción y Ambienre. Psicología Ambiental,
Pirámide. Madrid, 2010.
9 Del
Acebo Ibáñez, Enrique. Sociología de la cultura occidental. Claridad.
Bs.As. 1993. pp 245
|
5 E4_Octavio Muiño
|
Con respecto a mis convicción considero que el objeto arquitectónico, sobre todo si es público, debe ser un elemento que brinde soluciones a distintas problemáticas sociales, promoviendo el bienestar social y la interacción de la comunidad, brindar un posible escenario para las manifestaciones políticas sin dejar de lado que el estado en conjunto con la arquitectura son los medios activos para llevar a cabo este tipo de intervenciones, por ende, es de suma importancia que el poder político vele en pos de la sociedad y que no accione bajo los poderes de la economía en beneficio de unos pocos individuos.
Motivadores Críticos: la división y
fragmentación del espacio público; el tratamiento material aplicado sobre el suelo
natural; la articulación entre el paisaje natural y los equipamientos; la forma
de conectarse con el contexto.
2. Un posible título para el ensayo es resiliencia
urbana, concepto que habla sobre la capacidad que posee un objeto
determinado de recomponerse ante circunstancias adversas para retomar su estado
original.
Este concepto determina el desarrollo
del ensayo partiendo de un enfoque que va de lo general a lo particular realizando
una crítica de raíz sobre el espacio público y su vinculación con la
arquitectura y la obligación que tiene el estado en relación a esto.
3. RESILIENCIA
URBANA. "El lecho de Procusto"
"En el parque,
el hombre reconoce su relación con la tierra. El parque preserva la libertad
del mundo vegetal en un simulacro de naturaleza..." (1)
El parque Kempes objeto en cuestión se
encuentra en la zona noroeste de la ciudad de Córdoba, inserto en un área que
junto a dos equipamientos urbanos de categoría conforman una intervención de
gran magnitud, ya sea por su ubicación, dentro de uno de los pulmones verdes de
la ciudad y su función como nexo que consolida y renueva un sector de la ciudad
en crecimiento. El parque tiende a formar una especie de apéndice que conecta el
I.P.E.F, el estadio Chateau Carreras y el borde del rio Suquía.
Emplazado dentro de un marco natural,
el parque, construido por el ministerio de infraestructuras de la provincia propone
a la intervención como un lugar de encuentro y participación de la comunidad…
(2). A lo cual me pregunto ¿es la
finalidad del parque o es una simple estrategia política por parte del
gobierno?, ¿la disciplina arquitectónica se involucra en estas cuestiones?,
¿acciona a favor de la sociedad o del estado?. Es importante que el estado
promueva y desarrolle el ámbito necesario para llevar adelante este tipo de
obras. Espacios Públicos que dignifiquen y mejoren la calidad de vida aunque de
manera paradójica el objeto tiende en una primera instancia a esconder la
esencia de la misma mediante el absurdo uso de una reja como elemento formal
para marcar el límite entre lo público (la calle) y el parque (publico).
Generando una controversia entre lo que se promueve políticamente y lo que
realmente se intenta lograr con este tipo de obra, dejando en cuestión el rol
del estado ante la comunidad. Siendo en este caso, las rejas una barrera
material que denota una problemática dentro de la sociedad condicionando la libertad
que posee el individuo de manifestarse políticamente con su contexto. En este
caso creo pertinente hacer referencia a las palabras que ha dicho Jordi Borja, "la
ciudad es un derecho de todos los habitantes "... (3).
Es destacable el entorno natural donde
se inserta el proyecto, partiendo desde sus condiciones topográficas, tipo de
vegetación y la presencia del rio, siendo este último un elemento que conforma
el espacio, no solo por las condiciones paisajistas que brinda si no por ser
nuestro capital heredado, al cual como sociedad debemos entenderlo como propio,
como un símbolo de identidad.
A diferencia de lo que sucede con la
calle, la intervención posee una sincera aproximación a los márgenes del rio,
recreando la idea de bosque autóctono y potenciando el entorno natural que la
ciudad posee, generando un sentido de pertenencia por parte de la comunidad. A
partir de la interpretación del objeto es posible entender la topografía del
lugar debido a que el parque posee una inserción acertada en relación al suelo
natural teniendo en cuenta las líneas estructurales del terreno, permitiendo de
esta manera conservar el entorno que contiene al parque.
La intervención se estructura mediante
un boulevard como eje longitudinal, otorgando al parque, el punto de ingreso y
egreso de los usuarios y conteniendo la circulación vehicular. El boulevard
conforma el límite espacial entre el parque y los equipamientos colindantes. De
la interpretación surgen cuestionamientos sobre la forma en la cual se plantea
el mismo y si este elemento tiende al respeto por un espacio que se encontraba
en estado natural. Partiendo de mi escasa experiencia considero que este eje
tiende a un formalismo transculturizado pero que otorga de cierta manera una
impronta al parque ya que el mismo está planteado con una lógica acertada debido
a que copia la topografía del terreno y se materializa con piezas constructivas
resistente al paso del tiempo requiriendo bajo mantenimiento, lo cual creo que
es una correcta interpretación de lo que conlleva hacer arquitectura publica en
el contexto en el cual se implanta. El parque crece a partir de este eje,
entendido como una desmaterialización de lo construido, disgregando el espacio
en distintos puntos, comunicados mediante senderos y volúmenes vegetales que
ofrecen resguardo, hasta llegar al borde del rio permitiendo que la misma naturaleza
condicione y conforme el espacio.
Programáticamente el parque se plantea
en sectores que a través de intervenciones de distintas índole se marcan los
usos recreativos y de permanencia, permitiendo que los usuarios hagan
apropiación del espacio e interactúen en el mismo. Para lograr los usos
deseados se utilizan materiales austeros y simples, siendo desde mi punto de
vista escasos en calidad de diseño pero responden a los requerimientos
necesarios. Creo que el tiempo será el encargado de demostrar si fue acertado
por parte de los proyectistas dejar de lado ciertas cuestiones de diseño o
elección de los materiales. Es importante mencionar que dentro del programa se contempla
una infraestructura que soporta y da servicio al parque. Mediante
intervenciones mínimas, por así llamarlas, es posible encontrar quiscos, baños
y algún que otro depósito de limpieza. Elementos que buscan ser parte del
parque mediante el uso de materiales propios del lugar como la piedra bola
extraída del lecho del rio, pero quizás este es el único elemento a valor ya
que el diseño de estas piezas carecen de sentido en relación al espacio en el
cual se encuentran.
Para concluir creo necesario reflexionar sobre
algunas cuestiones que reflejen la esencia de la obra, ya que es importante
comprender que es una obra pública, llevada a cabo por el estado. Obra que
desde mi punto de vista considero positiva para la ciudad debido a que le
brinda un lugar de interacción para la comunidad, contempla el entorno natural
y funciona como un nexo entre dos sectores de la ciudad que se encontraban sin conexión
y en algún punto me atrevo a decir que en estado de degradación. Claramente es
posible preguntarse si es el lugar más apropiado para el objeto dentro de la
ciudad pero no se puede negar que una obra de esta índole pueda ser negativa.
Considero que esta intervención tiene la capacidad ser el punta pie para
comenzar con la concientización del espacio que nos pertenece.
(1)-Miguel Angel Roca. Parques. Revista Summa + año 2000.
(2)-"Nuevo pulmón verde: El parque kempes toma
forma". Portal de noticias. Ministerio de comunicación pública y
desarrollo estratégico.5/8/2013. Sección Gobernación.
(3)-"El
derecho a la ciudad, convertido en un concepto comodín". Por Jordi Borja.
Revista virtual ARQ.Clarin.19/09/2014
6 E4_Esteban Maglione
|
1.
Intenciones y fines:
Estudiar el objeto arquitectónico en sí
mismo y en su integridad con el medio que lo rodea
para
detectar las ideas que encaminaron su forma e imagen, con el fin de
relacionarlas con los aspectos socio-culturales que las forjaron; poner en crisis las situaciones que creo poco
acertadas para indagar y reflexionar
acerca de cómo contribuir a mejorarlas.
2.
Título: La honra en la práctica arquitectónica
La honra como motivo de orgullo del buen
arquitecto al ejercer su práctica arquitectónica, en tanto actúe con respeto
situacional, y en favor del enaltecimiento de esa misma circunstancia.
Otro: M.C.N.A.I.C.: ¿Un objeto completo?
M.C.N.A.I.C. son
solo las siglas de edificio de estudio: Museo de Ciencias Naturales Arturo
Illia de la provincia de Córdoba; “un
objeto”, se refiere el objeto arquitectónico en cuestión; y “completo”,
a si responde a todo o no (necesidades reales). Tanto las siglas como la pregunta en el título
intentan persuadir al lector a través de la duda.
Otro: ¿Un objeto absoluto?
Otro: ¿Un objeto absoluto?
Es la pregunta que me he
hecho previo al análisis del objeto arquitectónico en cuestión,
y que intentaré responder. ¿La obra ha
resuelto completamente la totalidad de los problemas reales que le competen?
¿Queda algo por resolver? ¿Admite complementos?
. Parámetros
críticos:
- Programa
funcional de la obra como medio para
detectar las diferentes actividades para
las cuales que fue pensado el edificio en relación a necesidades reales que le den
validez;
- Forma del
objeto como resultante de la confluencia de las ideas del autor.
- Materialización,
en tanto estructura y cerramientos, porque dan cuenta de los aspectos
constructivos que hicieron posible la
realización de una idea, así como el grado de eficiencia en la adopción de
recursos;
- Relación
objeto y entorno, en tanto accesos y cerramientos-vallas, porque son
indicadores del nivel de conexión con el espacio público, grado de integración social, respeto por el
medio circundante.
3. ¿Un objeto absoluto?
El edificio Museo de Ciencias Naturales
Arturo Illia de la provincia de Córdoba, ubicado en la capital cordobesa, es un
ejemplo de re-funcionalización de una infraestructura existente sin una
inversión extraordinaria. Desde un principio se descartó la tabula rasa y el
comenzar de cero, para considerar como presupuesto aquello que hubo: el “foro
de la democracia”, con todo el peso que carga su nombre, y que pudo haber
sugerido un lineamiento fundamental para la intervención.
Estructura
edilicia existente del Foro de la Democracia. Intervención (2007). De foro a museo. Interior FAU-USP de Vilanova Artigas (1969).
Frente a eso, me
permito dos cosas. La primera, es una analogía acerca de la intervención: lo
nuevo
y
lo que ya existía, son piezas de un mismo rompecabezas que, como tales, guardan
concordancia;
y
la segunda, una cita a Francisco Mangado que refuta el
accionar del autor, al plantear que por
problemática e intensa que sea la búsqueda de relación contexto – objeto
( supone existencia de un contexto antes que el objeto), resulta fructífera y debe
estar dominada más por la inteligencia y la sensibilidad que por la invención (en
tanto imposición) [1]. Al plantear que la cultura del objeto arquitectónico autónomo,
desposeído de toda dependencia física o cultural, hace del proyecto un
resultado estéril y pobre, por su indiferencia al terreno en que se asienta, el
terreno como parte del contexto.
Ahora
bien, desde una crítica de arquitectura que pretende mejorar situaciones, surge
el
siguiente cuestionamiento: ¿queda alguna pieza por agregar al rompecabezas? Pienso que sí.
Una de las piezas faltantes creo que es
aquella que además de hacer más permeable la obra a su entorno, lo mejore e intente
resolver sus problemáticas reales [2].
Cargado
por el peso de lo urbano y lo natural, el objeto se ubica sobre una barranca a
la vera de la transitada avenida Poeta Lugones -que comunica a la población con
importantes nodos urbanos-. Juntas, separan al barrio Nueva Córdoba -de
mayor densificación poblacional de la
ciudad y de gran diversidad y riqueza cultural
producto de la convivencia de personas de diferente edad y lugar de
origen- del Parque Sarmiento -de escala urbana-, hoy deteriorado y casi en
desuso producto tal vez de la falta de inversión -me refiero
a inversión directa-; o de la fragmentación social que atenta las ciudades
latinoamericanas en general, causan miedo e inseguridad. Si a esto le sumamos
los problemas de insuficiencia de espacios verdes en relación a la gran población
urbana de esta capital [3], tenemos un coctel de problemáticas externas
a resolver, pero también elementos potenciales para lograrlo.
Hannah Arendt aseguró a mediados del siglo
XX que:
“El desarrollo de la dignidad humana
depende del equilibrio entre lo privado y lo público” [4], es decir,
entre uno mismo y la vida en comunidad.
Lo planteado en los dos párrafos anteriores
me permite confirmar que hay que
recuperar el espacio verde público y/o dotar a la ciudad de más de ellos. Y
pregunto: ¿qué mejor
posibilidad de acción desde la obra pública, construida con el aporte de
todos y para favorecer a todos, y que es el caso de este equipamiento
social-cultural?
|
|
Entonces, una
solución para mejorar la obra, a merced del desarrollo social, y sin un
agregado excesivo de inversión, podría ser un
parquizado que “abrace” la noble volumetría, salvando la cota de nivel entre
la
calle y el parque para re-conciliarlo con su entorno-población. Que brinde sin
superfluidades, tal como lo hacen las sombras de los árboles, algunos espacios de charla y estar para
acortar con el tiempo las brechas sociales.
Concluyendo
deduzco que, una clave para el arquitecto que en algún momento histórico o
situación le toque colocar una o varias piezas al rompecabezas urbano, para las
necesidades espaciales reales de la sociedad dentro de una cultura: el
entendimiento de los hechos históricos es un capital disponible para los
proyectos que vienen en favor de mejorar. Como he podido ver, pues esta obra
demuestra una práctica ejemplar a la hora de adaptar una nueva función espacial
a una preexistente, luego de haber captado su esencia, respetarla, y
potenciarla; a diferencia de tantos proyectos en similares condiciones en esta ciudad que no hacen más que sancionar la presencia de lo histórico a una simple
fachada, matando el espacio, que es el objeto de la arquitectura, y borrando
así esa parte de la historia.
Creo
difícil la posibilidad de que una obra sea completa, porque siempre se la puede
enriquecer, sobre todo en un espacio-tiempo
cada vez más veloz. Lo importante es reflexionar y decidir, crítica mediante,
si nuestra pieza va a cuajar con las que ya existen.
[1] E. Francisco Mangado: Diez conceptos, Contexto. Revista
A&V 133, año 2008.
[2] Glenn Murcutt. Entrevista en diario El
País de España por Anatxu Zabalbeascoa, año 2005.
[3]
A saber, 6m2 de espacio verde
por habitante, cuando la Organización mundial de la salud aconseja 16m2/hab.,
y la emblemática ciudad de Curitiba, por ejemplo, cuenta con 60m2/hab.
[4] Hannah Arendt, Libro: La condición humana, año 1958. Trad. Ramón Gil. Barcelona, Paidós, 1993
7 E4_Matías Lescano Martin
|
1- Creo que la obra arquitectónica debe cumplir un rol
protagónico desde la función social y colectiva, más aun tratándose de un
edificio público, generando nexos, accesos y vinculaciones con todo su
entorno. También considero que la obra no tiene que ser un mero capricho
formal, sino que debe cumplir con todos los requerimientos que el sitio
demanda, debe tener una estructura sólida, un adecuado diseño de
instalaciones y una envolvente multifuncional que sea parte del mensaje
ideológico intrínseco.
Estoy
convencido de que necesitamos espacios que alberguen actividades donde la
participación llegue sin diferencias de clases, que se generen intercambios
de pensamientos, de ideas, de anhelos, de problemas y de incertidumbres. Un
lugar donde todos lo adopten como propio, y así obtener espacios cuidados,
respetados y protegidos por nosotros mismos.
2- El título elegido para la crítica es “Centro de
Partición Comunal”, porque la obra se relaciona con solo un sector barrial y
genera una fragmentación con otros sectores, cuando el fin es generar una
participación comunal, dentro de un área determinada.
El edificio también se
cierra en sí mismo y aísla las actividades interiores de su exterior y
viceversa.
Parámetros
Críticos:
Relación obra-entono (Carencia de intervención
urbanística, falta de apropiación del espacio público).
Leguaje-expresión (Fachadas sin
dialogo con el entorno).
Espacio-programa-función(Interiores diseñados sin
acercamiento a la función programática).
|
|
3- Centro de
Partición Comunal
Sabiendo que el
objetivo de proponer Centros de Participación Comunal (C.P.C) nace como parte
de la desconcentración de la gestión municipal, acercando las áreas
administrativas a los vecinos y generando espacios de múltiples actividades
culturales para la sociedad, de carácter público y semipúblico ¿porque no hay
un interés por la apropiación de este espacio inmerso en un contexto barrial?
En Arguello Miguel Ángel Rocano parece no haber tenido en cuenta la totalidad
de ese contexto, porque “si bien la construcción misma aparece como un tipo
autónomo, no lo es en la realidad espacial,
pues ha sido concebida integralmente con un entorno que de ella
depende y del cual ella misma es parte inseparable”[1]. No entablando
una integración y una vinculación de los diferentes sectores aledaños con
este establecimiento, “entendiendo el contexto como algo con lo que merece la
pena establecer un dialogo, incluso si el fin último es negarlo”[2].
Ese gran tren
que pregona su forma de manera metafórica se encuentra dialogando solo con
una de sus partes y dándole la espalda a la otra. Esta falta de vínculos
fomenta la fragmentación y división de la sociedad, segregando y generando
valor agregado solo para algunos pocos. Por otra parte esto se acentúa porque
el sector inmobiliario crece acompañado a ese entorno elitista y discrimina
al otro, como su gran antónimo.
Esto se produce
paradójicamente, por su idea de partido, puesto que a una barrera física
-vías férreas-, se le suma una gran muralla -el cpc- que no permite ni si
quiera el contacto visual forjando un borde o ruptura, denotando más aun esta
falta de vínculos.
Con respecto a la morfología parece responder
egoístamente solo a ella misma y no a su entorno, con su monolitismo y
monumentalismo contingente propio de la arquitectura Kahniana, pero aquí
forzando a la forma, y no denotando
el diseño que deriva de ella, quedando limitada extrovertidamente en sí misma
e involuntariamente inentendible; un sello distintivo del gran maestro y una
escasa lectura social del discípulo.
La geometría jerarquiza y marca la diferenciación de
usos; el anfiteatro está formado por un cilindro hermético abierto únicamente
con un gran ventanal en la fachada a espaldas del escenario.
Éste se encuentra cerrado por grandes cortinas, que si
bien irrumpe el dialogo, no afectan en lo más mínimo, ya que la gran visual
panorámica que tiene solo apunta a una simple estación de servicio. Así una de las escasas vinculaciones del
introspectivo edificio con el entorno, queda limitada a la función de abrir
el escenario para una platea ubicada en el exterior.
No obstante, en el punto de articulación
entre ambos bloques del conjunto, se intentó generar un pequeño espacio-plaza
de acceso, donde se encuentra la antesala del área administrativa, que es un
bloque de base cuadrada con un cilindro en planta alta para usos directivos,
revestida con azulejos azules para jerarquizar el ingreso, con una rotación a
45º al modo Kahniano. Y como último vagón de ese gran tren, se encuentra el
cono revestido de mármol, que está implantado en el sitio de forma autónoma
marcando fluidez en la bifurcación de la avenida, albergando funciones de
unión civil. Pero ¿se capta el significado de su morfología? O como dice Francisco
Liernur: “Es la necesidad de creaciones rápidas la que conduce a la adopción
de soluciones de geometrías simples, aunque en apariencia complicadas”[3]. ¿Tal vez este
espacio con otro carácter podría haber cumplido con mayor eficiencia el nexo
con el entorno?
En el interior se realizan múltiples actividades
culturales y administrativas, pero los espacios son insuficientes para
albergar tanta cantidad de usuarios, contrario a lo que postula Kahn donde
cita que “(…) La arquitectura es la elaboración reflexiva de los espacios. Se
trata de la creación de espacios que evocan un sentimiento de uso apropiado. (…)”[4].Estos se
muestran jerarquizados por luz artificial, sino yacerían en penumbras, ya que
la luz natural que proviene de los lucernarios solo ilumina el distribuidor
central, dejando al descubierto no solo grandes colas de gente sino también
un exagerado uso de perfiles de hierro. Eso ultimo y otros detalles
constructivos, demuestran el proceso de
subdivisión en la disciplina de finales de los 80´ y comienzos de los 90´[5],
donde el arquitecto proyectista de grandes obras ha perdido el dominio de la
totalidad del diseño, denotándose más aun,
cuando estas características son repetidas a lo largo de todos los
centros de participación comunal de la ciudad.
Considero que la apropiación del espacio público
debería gestarse de manera natural y no forzar la permanencia por el solo
hecho de realizar ciertos trámites o actividades culturales particulares.
Esta apropiación también se ve interrumpida con la
forma, porque si bien la obra de arquitectura está desarrollada por figuras geométricas simples y claras,
existe una carencia de dialogo con el usuario a través de su expresión y
materialización y funciones contenidas, esto mismo produce rechazo y por ende
se torna inentendible.
Creo también que no es correcto tachar a una sociedad
de ignorante por no entender la obra, cuando en realidad la responsabilidad
es del arquitecto para que sea claramente legible.
La arquitectura debe hablar por sí misma, no solo a
través de sus límites, sino también con el espacio que estos mismos generan.
|
|
1. Waisman, M. (1995). La arquitectura descentrada. Bogotá,
ESCALA, pag. 60.
2. Mangado, E.F. (2008). Diez conceptos. Revista A&VMonografías 133, pag.
28
3. Liernur, J.F.
(2001).Arquitectura en la Argentina del
S.XX, Bs.As, FNA, pag. 389 -
390.
4. Kahn, L.I.
(2006). Cita en ensayo sin titulo de Jean Francia, en el folleto de
arquitectura distribuida a los visitantes a FirstUnitarian Iglesia de
Rochester. ROCHESTER, NUEVA YORK http://www.moma.org/
5. Waisman, M. (1995). La arquitectura descentrada. Bogotá,
ESCALA, pag. 59.
|
No hay comentarios.:
Publicar un comentario