Dado que este año se cumplieron 50 años de la muerte de Le Corbusier, parte de los Ejercicios giraron en trono a las ideas del maestro vertidas en el libro Hacia una arquitectura de 1923 y de las conferencias dictadas en Buenos Aires en octubre de 1929. Algunos de los ensayos aquí mostrados, son parte de la producción de este año y así lo evidencian. Otros se desarrollaron deconstruyendo el discurso expresivo de obras actuales en Córdoba, con el fin de intentar trascender la calidad de su formalismo, mediante una relectura de la obra dentro de la órbita de la función social de la arquitectura.
1_La ventana indiscreta. Federico Hernández
2_Cultura y espacio público: ¿para quiénes? Leandro Cristalli UdelaRU
3_Proselitismo entre líneas. Florencia Heredia
4_Formas de tejer ciudad y ciudadanía. Ana Castro Lavezzo
1 E4_Federico Hernández_obra: sede bienestar estudiantil ciudad universitaria
2 E4_Leandro Cristalli UdelaRU_obra: centro cultural córdoba y archivo histórico
3 E4_Florencia Heredia_obra: sede corporativa tarjeta naranja
4 E4_Ana Castro Lavezzo_obra: parque educativo municipal barrio congreso
1_La ventana indiscreta. Federico Hernández
2_Cultura y espacio público: ¿para quiénes? Leandro Cristalli UdelaRU
3_Proselitismo entre líneas. Florencia Heredia
4_Formas de tejer ciudad y ciudadanía. Ana Castro Lavezzo
E2_Federico
Hernández_acerca de las conferencias de LC en Buenos Aires
UN HORIZONTE DE LUZ
“Me supongo en la proa del vapor (…). Con un trazo de
pastel de color amarillo trazo la línea infinita de las luces que ya he
visto. Con este mismo pastel amarillo, dibujo los cinco rascacielos de
doscientos metros de altura. (…) Me imagino la gran explanada a pico sobre el
río, con sus restaurantes, sus cafés, todos los lugares de reposo donde, finalmente,
el hombre de Buenos Aires habrá reconquistado el derecho de ver el cielo y el
mar...”. (1)
Le Corbusier llegó navegando a bordo de un
vapor, cabe señalar la gran admiración que les tenía, y se encontró con una
imagen nocturna de Buenos Aires desde el río de la Plata, aunque en
reiteradas ocasiones él insista en llamarlo “el mar”. Lo describió como un
destello horizontal de luces, con un centro destacado. Luego de desembarcar y
dirigirse a donde se hospedaría, de repente se preguntó: “¿Dónde ha quedado
el mar?”. En base a esto, decide incluir una posible solución urbanística
para Buenos Aires dentro de su ciclo de diez conferencias que daría durante
su estancia allí. Como bien dice Liernur, el arquitecto suizo hallaba en
Sudamérica una esperanza de abrir estos nuevos horizontes aquí donde sus
ideas no pudieran ser bastardeadas ni mezquinadas, y además, de otorgarse
prestigio frente a los habitantes del territorio que visitaba (2).
Sin embargo, al momento de buscar una
solución particular es difícil encontrar diferencias con los otros planes que
había desarrollado para otras ciudades, y es que precisamente Le Corbusier
hablaba de proyectos urbanos que bien podrían tildarse utópicos, siguiendo a
Marina Waisman, “La utopía, pues, expresa el sistema. Sin lugar y sin tiempo no
existe la vida, la vida no es posible.”3 Al punto que, por medio de
las técnicas modernas, el H° A° y los pilotes, proponía negar la clara
inclinación del bajo porteño hacia el río y convertirlo todo en una gran
explanada donde se erigirían grandes rascacielos corporativos, donde según
palabras textuales, se alojarían a treinta mil empleados.4 Todo
esto, planteado sin detenerse a pensar en qué trabajarían estas miles de
personas de los rascacielos. A raíz de esto, es sorprendente ver cómo muchas
de estas cuestiones que él planteó se han llevado a cabo en la actual
realidad de la ciudad de Buenos Aires, los rascacielos de más de cien metros
para miles de empleados coincidentes con los edificios del complejo Catalinas
Norte, los rascacielos dominando el skyline porteño cuando uno llega en barco
desde Uruguay, y de noche las luces de los mismos edificios que se reflejan
en el agua. Así y todo, un detalle escapó de la imaginación de Le Corbusier,
la luz irradiada por los edificios corporativos, al igual que sus calles
circundantes, por la noche es, llevado a la práctica, cuando menos actividad
tienen.
Por otra parte, es singular el hecho de que la “imagen
corporativa” a la que se remiten muchos de estos edificios sea nada menos que
una derivación de la “historia de la arquitectura a través de la historia de
la ventana”. Una narración que él mismo expone en su segunda conferencia en
Buenos Aires, llegando a la conclusión que la gran solución que le urge a la
arquitectura, la que llamará “panel de
vidrio”5, la cual conceptualmente no distará mucho del “curtain
wall” actual. Así mismo, para el problema del acondicionamiento térmico
pensará en “fábricas de aire exacto”6,
para mantener ambientes a 18 grados con la humedad justa, lo que hoy
podríamos encontrar en el mercado como un aire acondicionado.
Al margen de haber catalogado a Buenos Aires como una ciudad
“enferma”, y haber diagnosticado todas sus “dolencias”, Charles-Édouard
Jeanneret-Gris, no hizo más que maravillarse, según cuenta en su
novena conferencia, al pasear por la entonces avenida Alvear -hoy avenida del
Libertador- de la mano de Antonio Vilar, expresando que todo lo que había
imaginado para una ciudad estaba allí,7 claro que a diferencia de
lo que él pensaba, muy lejos estaba de ser quien habita esos espacios el
mismo que trabajaba en la fábrica y conducía por la autopista hasta allí y
cruzaba a los bosques de Palermo a recrear su cuerpo y espíritu.
Es notable ver que las ideas de su urbanismo de estricta
zonificación, que luego definirá en la Carta de Atenas, hayan impactado de
tal manera en muchas de las intervenciones urbanas contemporáneas tanto a
nivel mundial como regional. Supongo que Le Corbusier, de vivir en este
tiempo que nos toca, hubiese quedado anonadado con la visión de Buenos Aires
al llegar por el Rio de la Plata, aunque solo eso después de bajar a tierra. Por
eso, creo que quizás siendo nosotros, en nuestro tiempo y en nuestra
realidad, yendo a bordo del vapor sobre el mar, nos mueva a buscar otros
horizontes de luz, como él mismo dijo alguna vez: “Nadie elije la época que
vive, pero sí puede elegir cómo vivirla.”
1 LE CORBUSIER, Precisiones,
Ediciones Apostrofe, Barcelona. Novena conferencia, p. 230/232.
2 LIERNUR, Jorge Francisco. La
red Austral, Edición Universidad Nacional de Quilmes, Buenos Aires, 2008, p.
74.
3 WAISMAN, Marina. La
arquitectura descentrada, Edición Escala, Colombia.
4 LE CORBUSIER, Precisiones,
Ediciones Apostrofe, Barcelona. Novena conferencia, p 230.
5 LE CORBUSIER, Precisiones,
Ediciones Apostrofe, Barcelona. Segunda conferencia, p.75.
6 LE CORBUSIER, Precisiones,
Ediciones Apostrofe, Barcelona. Segunda conferencia, p 85.
7 LE CORBUSIER, Precisiones,
Ediciones Apostrofe, Barcelona. Novena conferencia, p237.
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1. Teniendo en cuenta
que un ensayo crítico, en su difusión, resulta un acto perlocutivo, es decir que tiene consecuencias en el receptor. Es
por esto que la intención de este ensayo consiste en evidenciar los signos que
llamaron la atención del crítico en su experiencia frente a la obra, que se
corresponderán con los parámetros críticos sobre los que pivoteará la puesta en
crisis de dicha obra, encuadrándose tanto en marcos propios de la disciplina
como no, para lograr un mayor alcance, pudiendo ser comprendida no sólo por
entendidos de la disciplina sino también por personas que estén en contacto
directo con la obra en su cotidianeidad, o bien personas que pudieran llegar a
experimentar dicho contacto. En tal caso, el fin último de la crítica será el
de difundir la obra, para su apreciación desde otro punto de vista, movilizado
por la experiencia del crítico pero sin convertirse en una opinión que sea
directamente transferida al receptor, sino poniendo en evidencia que la obra es
un producto de la cultura material de su tiempo.
2. Más allá de mi gran
interés por el arte cinematográfico, es menester resaltar lo que hablé en el
punto anterior sobre comenzar la crítica desde los signos en la experiencia del
crítico frente a la obra, y como estas “indiscreciones” de las que “habla” la
obra resultarán de disparadores para poner en crisis la obra. Siendo el ritmo y
el lenguaje de las ventanas, los signos más importantes que trazarán la
crítica, he decidido titular el ensayo: “La
ventana indiscreta”.
3.
LA VENTANA INDISCRETA
En una primera experiencia vivencial con la obra, se la
percibe como un prisma rectangular de dos pisos de altura, el cual tiene su mayor
desarrollo lingüístico-expresivo en sus caras longitudinales, las mismas se
orientan hacia el norte y sur. Las proporciones del volumen con su
aventanamiento y su posición sobre pilotis, recuerda al cuerpo bajo del
edificio de Correos de Colón y General Paz o el del ingreso de Radio Nacional
sobre General Paz y Santa Rosa. Pero aquí, en estas fachadas, hay un detalle
que marca una primera impresión, el de la convivencia de dos lenguajes
evidenciados por sus ventanas, uno de
clara vocación corbuseriana, horizontal, como en el correo; y otro, de clara
vocación vertical. El horizontal, en
correspondencia con el ingreso, también incorpora una imponente rampa que
nace de una gran planta libre cómo en el acceso a la radio, y que además está
en directa relación con el principal ingreso y uno de los espacios más concurridos de la vida estudiantil: el
comedor universitario. El otro, el de ritmo vertical, que
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se corresponde con los usos de
carácter más privado del edificio, se podría interpretar como un intento de
emular las particiones y ritmos del lenguaje propio de las fachadas
académicas del imponente edificio del Pabellón
Argentina, con el cual se encuentra en directa relación desde ese lado de la
volumetría.
Poniendo el ojo
crítico, en estos dos lenguajes opuestos que conviven, las ventanas resultarían “indiscretas”, ya que
parecen ser signos de un problema de diseño más profundo de lo que aparenta,
al contrastarlo con las ideas del arquitecto al que se pretende reivindicar.
¿Por qué, siendo la
modulación un hecho más que explicito en el lenguaje y un punto tan
importante en la obra corbuseriana, no coincide con la modulación del fenêtre a longeur? ¿Dónde quedaría,
entonces, la noción de cada parte sujeta a la idea de un todo, sin lugar para
contingencias, que él tanto admiraba en las máquinas de su tiempo? (1)
¿En qué punto la obra habría cruzado el umbral de la noción collage a la de pastiche, y más aún, de una arquitectura que es a una que quiere ser?
(2) En palabras del propio arquitecto suizo:
Entonces,
¿renunciaremos, en virtud de unos códigos académicos, a los inmensos
beneficios de la ventana en longitud, que da claridad máxima a los locales y
que permite toda clase de subdivisiones independientes de piso en piso?” (3)
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Resulta curioso, y para nada
anecdótico, el hecho de que los arquitectos de esta obra -estudio FKB, Faraci
Kustich Barrionuevo-, quienes claramente pretenden una continuidad del legado
de las ideas de Le Corbusier, hayan llegado a una suerte de combinación de
dos geometrías, como ya describimos opuestas, contenidas en un esquema
prismático claramente de vocación horizontal y unitario sobre pilotis.
La ventana, no representa un elemento trivial para Le Corbusier, de hecho en
su tercera conferencia del libro Precisiones, recorre una antología de la
arquitectura a través de la historia de la ventana (4). Aquí es
donde expresa la necesidad de revisión en como disponer las ventanas de forma
vertical, tan significativa de los inmuebles del ensanche de Haussman, en la
ciudad de París contemporánea a él. También es mediante la ventana, que la
obra expresa una falencia más grave en su calidad de diseño: en la fenêtre a longeur del segundo nivel en
el ala de geometría horizontal, se evidencia que la modulación de la misma no
coincide con el módulo estructural, convirtiéndose esta en un recurso
meramente contingente de la obra, quedando muy lejos del hecho de que cada
parte funcional a un todo, detalle que muy difícilmente hubiera escapado a
los griegos en el Partenón, como obra máxima del razonamiento griego (5).
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Ahora bien, dejando
de lado lo lingüístico-expresivo y metiéndonos en lo programático de la obra:
Bienestar. Aunque pareciesen dos vocablos, la RAE, lo identifica como uno
solo, el cual define así: “Estado o situación de satisfacción o felicidad”. Dicho
vocablo aparece más de una vez en la Declaración de los Derechos Humanos, destacándose
como fin último alcanzable en el paso del ser humano por este planeta. Entre
los derechos básicos, se menciona también al de estudiar, (6).
Cabe destacar que esta secretaría resulta de vital importancia para el
desarrollo humano de los estudiantes de la UNC, ya que es aquí donde pueden
ejercer el derecho de realizarse un control médico, odontológico, y
psicológico, de manera totalmente gratuita, y
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a total disposición de sus
demandantes. Además de tramitar las becas a las que se necesitaría acceder en
caso de no poder pagar los aranceles del comedor o de otros servicios que
ofrece la universidad. En tal sentido es acertada la localización de su sede ligada al
comedor y en el mismo corazón del predio de la ciudad universitaria, pues
siendo fundamental el rol que cumple en el estudiantado, sus funciones no son
nada contingentes.
El emplazamiento en
línea con el principal pabellón de la Ciudad Universitaria, el Pabellón
Argentina, busca ser el frente sur que nunca tuvo dicho complejo, y enmarcado
dentro de un nuevo master plan, aporta un nuevo ingreso al sector del
comedor, el cual se correspondería con la nueva estación de transporte
público. Ésta directa relación con uno de los edificios que concentran la
mayor actividad y movimiento de la masa estudiantil por excelencia, con su
actual ración diaria de almuerzos que otorga a los cerca de 1500 estudiantes
que allí concurren, al ser la secretaría uno de
los pilares fundamentales del bienestar estudiantil, y por ser este un punto
de encuentro entre estudiantes de diferentes carreras, favorece al espacio
más representativo de la construcción democrática y pluridiscursiva que una
universidad pública, masiva y gratuita amerita. Tal es así que este mismo
comedor, se encontró cerrado durante los años de las dictaduras militares que
sobrevinieron en la historia política argentina. Ya que este, como otros
ámbitos, era la cuna de las ideas de esos jóvenes que participando,
activamente o no, se revelaban contra un poder hegemónico que ponía en
peligro sus derechos, no solo como estudiantes sino como ciudadanos. Son
estos hechos, propios de la historia de nuestro país y de nuestra realidad
local, la que nos hace pensar si los nuevos espacios que incorpora la ciudad
universitaria, y particularmente éste, ¿siguen propiciando esa efervescencia
de la juventud de constituirse en la avant-garde,
en esa juventud vanguardista preocupada por la realidad, para cambiarla, para
ser diferente, para ser mejor, desde el ámbito que les compete: el académico?
Habría que ver en qué punto, estos espacios de la Universidad, aún tienen ese
plus de sentido (7), ese pensar más allá de quien los proyecta,
que como dijimos, la reivindicaba, y la convertía en, más allá de una casa de
estudios, en una cuna de ideas.
En conclusión, esta obra en
cuanto a calidad de diseño, más allá de intentar un vínculo con el lenguaje
de la presencia que marca su vecino Pabellón Argentina, y a la vez contrastar
mediante el lenguaje corbuseriano, en este particular sentido, fallaría al
momento de generar una imagen homogénea de la totalidad, que vincule a los
dos lenguajes, sin convertirse en una sumatoria que podríamos tildar de pastiche, que no llega a generar una
fusión, dando por resultado
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una sumatoria de anécdotas que no
nos hablan de una unidad de significado. Generando una arquitectura que
quiere, pero que no llega a ser. Sin embargo, en una apreciación del edificio
en su relación con el entorno inmediato, resulta innegable por su cercanía
con el comedor universitario, como dijimos motor de la vida universitaria, y
por las propias actividades de la secretaría que allí funciona, en este
sentido la planta libre corbuseriana y la rampa a modo de promenade, se expresna como un gran
acierto del edificio, en reinterpretar esa situación particular en la que se
halla que, más allá de lo físico, perceptualmente se convierte en un nuevo
espacio público de grandes posibilidades de usos, y potencial de relaciones
con los espacios que le rodean. El plus, de la aprehensión y la significación
de esta planta libre de ingreso, vendrá dado por los usuarios y los tiempos
venideros.
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1. LE CORBUSIER, Precisiones. Primera Conferencia, París, 1930. Ed.
Poseidón, Barcelona, 1979.
2. VIDAL, Jorge; BERGALLO, J. Manuel; FRANCHELLO, Ma. del C. Acerca de
la historia de la Arq. De Córdoba. Cap. V, 2015.
3. LE CORBUSIER, Precisiones, 3ra. Conferencia, pag. 73. París, 1930.
Ed. Poseidón, 1979.
4. LE CORBUSIER, opus cit. 3ra.
Conferencia, pag. 70.
5. LE CORBUSIER, opus cit. Primera Conferencia.
6. DECLARACIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS. Art. 26.1.
7.
STULWARK,
Pablo; LEWCOWICZ, Ignacio. Arquitectura
Plus de Sentido. Editorial Altamira. Bs.As., 2003.
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E2_Leandro Cristalli_acerca de las conferencias de LC en Buenos Aires
La fábrica de
aire exacto
“Un edificio gris, achaparrado, de sólo treinta y
cuatro plantas. Encima de la entrada principal las palabras: Centro de
Incubación y Condicionamiento de la Central de Londres, y, en un escudo, la
divisa del Estado Mundial: Comunidad, Identidad, Estabilidad.”1
¿Será
que ese “mundo feliz” que imaginó Huxley hacia 1932 divergía tanto de las “precisiones”
que planteaba Le Corbusier del supuesto espíritu de la época?
“Los edificios proyectados son estrictamente
utilitarios, funcionales, con el rigor de una máquina (…). Hemos compuesto
con estas actitudes diversas, poniéndolas juntas en un amplio paisaje y
uniéndolas por un trazado concertado, meditado, matemático, un trazado
regulador portador de armonía y de unidad.”2
Me pregunto qué será de la memoria de los
espacios, de la construcción colectiva de las ciudades, de las capas cargadas
de interpretaciones, de las obras que “tienen la cualidad de
abrirnos la entrada a universos inesperados y de hacerlo por una vía que,
para hacerse productiva, debe incorporar tramas y planos densos de otros
objetos y acontecimientos”.3
Sin esta memoria no hay
lugar para la construcción de una ciudad inclusiva.
Es evidente que la arquitectura repercute en la
forma de vida de los ocupantes de los propios espacios, pero ésta debe estar
hecha a medida del ocupante, ese hombre único: parte de la naturaleza, ese
hombre social: parte de un grupo, ese hombre que tiene vida propia, que dista
mucho de ser una máquina que responde a actuaciones previamente determinadas.
¿Dónde quedan las miradas subjetivas de cada uno
de estos usuarios?
Esa sociedad, “iluminada” por el deseo de
organización, tal cual lo expresa el maestro suizo, toma forma en objetos
industrializados e innovadores de la época como el barco a vapor: tres clases
completamente separadas, un estado mayor y sus equipos de mecánicos, y un
sistema de navegación con sus oficiales y sus marineros. Lo que pone a la industria
como una entidad que estaría por encima de la Naturaleza, capaz de
estructurar todo, de prever incluso la conducta de los propios actores, que
por cierto, dejarían de jugar este rol activo para ocupar el papel de simples
espectadores, incapaces de construir el mundo.
La cultura
como mundo creado por el hombre, integra sus propias condiciones materiales
de existencia y la conciencia social en la que se transparenta y refleja.
El mundo
material y espiritual engendrado en la actividad social y encarnado en la
cultura, se convierte en fundamento de su quehacer teórico y
práctico.
Como
constante proceso, se define el
eterno devenir humano, en palabras metafóricas de García Márquez: “los seres
humanos no nacen para siempre, el día en que sus madres los alumbran, sino
que la vida los obliga otra vez y muchas veces a parirse a sí mismos”.4
Pero sumergidos en el sistema predominante
actual, que descompromete la conciencia colectiva, la conciencia generadora
de cultura, y la propia realidad, dejamos en manos del mercado y del supuesto
“desarrollo”, la exclusividad de construir las ciudades, los edificios, los
espacios de encuentro, los espacios públicos y los privados, bajo las mismas
premisas que buscan adoctrinar y generalizar la conducta de los hombres,
construcciones seriadas para lugares completamente diferentes, bajo
realidades diametralmente opuestas.
¿Qué construcciones nos venden? La misma casa
rusa, la parisiense, la de Suez o la de Buenos Aires5: genérica,
globalizada, artificial, despojada de personalidad, de cultura y de
singularidad.
Si pensamos al hombre como ese ser tecnológico, industrializado y
mecanizado que vive hoy en esas “máquinas para habitar”, podríamos imaginar
que la humanidad viviría más saludable, con avances tecnológicos, donde la
guerra y la pobreza habrían sido erradicadas, y todos serían permanentemente
felices. Sin embargo, la ironía es que todas estas cosas, como en la novela
de Huxley, se habrían alcanzado tras eliminar muchas otras: la familia, la
diversidad cultural, el arte, el avance de la ciencia, la literatura, la
religión y la filosofía.
Entonces deberíamos cuestionarnos como sociedad,
¿estamos dispuestos a respirar ese “aire
puro y exacto” que nos venden estas modernas “máquinas para habitar”
______________________________________
1 Huxley, Aldous. “Un Mundo Feliz” (“Brave New World”). Editorial
Chatto & Windus, Reino Unido, 1932.Capítulo I, página 12.
2 Jeanneret-Gris,
Charles Édouard (Le Corbusier). “Precisiones”. Editorial
Apóstrofe, España, 1930. Octava conferencia, página 243.
3 Liernur,
Jorge Francisco. “Arquitectura en la Argentina del Siglo XX”. Editorial Fondo
Nacional de las Artes, Argentina, 2001. Introducción, punto 4.
4 García
Márquez, Gabriel. “El Amor en los Tiempos de Cólera”. Editorial Arte y
Literatura, Cuba, 1986, página 223.
5Jeanneret-Gris, Charles Édouard (Le Corbusier). “Precisiones”. Editorial Apóstrofe,
España, 1930. Segunda conferencia, página 87.
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2 E4_Leandro Cristalli UdelaRU_obra: centro cultural córdoba y archivo histórico
1. Se pretende hacer una crítica del edificio desde el parámetro programático
en relación a la implantación: como espacio público promotor de cultura inserto
en el área central/turística de la ciudad.
A partir del abordaje de la obra como
ícono visual, desmembrando progresivamente los elementos del conjunto, se
indaga el verdadero sentido y aporte de los mismos a la ciudad y a la sociedad.
El fin del ensayo será argumentar el juego de roles ambiguos que ocupan
las infraestructuras públicas en una ciudad, sobre este suceso como parte de un
conjunto de obras que buscarían focalizar las miradas, favorecer a un sector de
la sociedad y “poner una máscara” de desarrollo a lo que ocurre verdaderamente.
En realidad, sería una estrategia que acentuaría la fragmentación
territorial y sociocultural, desestimulando el desarrollo equitativo y la cohesión
de los tejidos urbanos.
2. Con el título: “Cultura y
espacio público: ¿para quiénes?”, se pone de manifiesto el proceso
contradictorio de fragmentación y abandono en el desarrollo urbano
actual. Se analiza cómo en la ciudad se va
construyendo un imaginario colectivo de desarrollo, haciendo énfasis desde los
poderes hegemónicos, tanto privados como públicos, en lo visual/promocional,
dejando de lado áreas y sectores de la población más vulnerables.
3. Cultura y espacio público: ¿para quiénes?
“Las ciudades
contemporáneas son organismos complejos cuya realidad nos enfrenta a
numerosos cuestionamientos. La densidad, la simultaneidad y la discontinuidad
aparecen como elementos intrínsecos a la condición urbana, que hacen de la
ciudad un fenómeno multidimensional, que admite tantas lecturas e
interpretaciones como observadores se detengan en su análisis.”1
Ocasos espectaculares y noches estrelladas, todo
condimentado en un ambiente envolvente repleto de emociones siempre nuevas.
Actividades para todas las edades. Relajante, espacioso y acogedor. Con un
mundo entero a disposición del turista para conocer la cultura y entretenerse,
el Crucero hace su recorrido por la Media Legua de Oro Cultural: cerca de
2.500 metros entre la históricaPlaza San Martín y el barrio de Nueva Córdoba,
descansando sobre el Parque Sarmiento.
Este corredor comienza en el Teatro Real y prosigue en
el Teatro del Libertador General San Martín, continúa por el Paseo del Buen
Pastor, el Palacio Ferreyra, el Museo Emilio Caraffa, el museo Palacio
Dionisi, el Centro Cultural Córdoba y el Museo de Ciencias Naturales. El
trayecto es coronado por el polo artístico cultural Ciudad de las Artes.
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La última incorporación de este conjunto, el Centro
Cultural Córdoba2, se construye en el marco de las obras en conmemoración
al Bicentenario de la Revolución de Mayo de 1810, que sostenía la idea de
devolverle al pueblo el poder y llevaba como estandarte la igualdad y la libertad de
sus integrantes.3 En vista de la situación actual, más
de doscientos años después de aquella revolución, parece necesario
cuestionarse si han variado mucho las lógicas de poderes hegemónicos en la
sociedad y si realmente se tiene en cuenta la igualdad y la libertad del
pueblo.
A la hora de invertir en infraestructura pública no
queda claro que exista una cultura política de producción de ciudadanía de
forma equitativa para todos, por lo que es de importancia debatir si se han
realizado obras de espacio público y promotoras de cultura en las zonas más
vulnerables de la ciudad.
“Si no es así se
corre el riesgo de acentuar la fragmentación territorial y sociocultural, de
dar una imagen anacrónica o corporativa de las iniciativas cívicas y en este
contexto, las administraciones públicas y en especial el gobierno local no
pueden renunciar a un rol regulador e impulsor de la transformación y de la
cohesión de los tejidos urbanos.”4
Una prueba de ciudadanía es identificar donde se
focalizan las respuestas eficaces que atiendan a los sectores más vulnerables,
en criterios orientadores de los programas de espacios públicos y
equipamientos colectivos; y en qué medida hay una incorporación de objetivos redistributivos
y estudios de impactos sociales en los proyectos urbanos.
Para esto no hace falta más que revisar las obras y
proyectos, y la gestión cultural de los espacios públicos y equipamientos
colectivos, por parte de la Municipalidad y del Gobierno de la Provincia,
para poner a la luz una cantidad considerable de infraestructura existente y nuevos
referentes de calidad que se han sumado a la Ciudad de Córdobay que no han
logrado suturar esta fragmentación.5
A diferencia de casos como Medellín, donde “la
particularidad radica en el modo en que se va pespuntando una nueva geografía
de mayores oportunidades, extendida hasta barrios más vulnerables con alto atractivo
paisajístico y cultural”6, aquí se denota un desarrollo capcioso
en detrimento de estas áreas periféricas, sin tener en cuenta que “la
monumentalidad y la identidad de cada tejido urbano es una exigencia social.”7
El edificio que alberga al Centro Cultural Córdoba y
Archivo Histórico de la Provincia, acompañado en su composición edilicia, del
Faro del Bicentenario, se construye como referente urbanístico, en uno de los
barrios más densamente habitados8, con una población homogénea de
gran poder adquisitivo; también, uno de los barrios más dinámicos de la vida
económica, cultural y de recreación cordobesa, además de ser el sector más
cotizado de la ciudad.
La filosofía y la sociología urbana coinciden en
enfatizar la ciudad como lugar donde se concentran y conviven las diferencias
de origen, de aptitudes y de actividades.9 Al día de hoy, ¿es ésta
la ciudad que se está construyendo?
“La concepción del programa como un
elemento atractivo y sugerente para el desarrollo de la propuesta, lo
convierte en un hecho proyectual en sí mismo”10, haciendo
que la forma de la cubierta ondulada resuelva de manera exitosa el desnivel
existente en el terreno, uniendo en un punto el acceso por la Avenida Lugones
hacia el punto más elevado que reposa sobre el espacio posterior del
conjunto. Entre estos puntos, pensada como un “dispositivo
topográfico que promueve el encuentro y el acontecimiento social masivo”11,
la plaza pública tomó vida con un uso improvisado de plataforma de
deslizamiento, que posteriormente fue limitado por las autoridades,
reafirmando un carácter ambiguo, que más que proponer un espacio
público calificado y apropiable, genera lo que en su momento Ábalos y
Herreros calificaron como espacios vectoriales: “el puro vacío que garantiza
el desplazamiento entre un punto y otro.”12
Lo particular de esta situación, que debería permitir
el libre acceso desde ambos puntos, se materializa en el gesto sugerente de
los espacios: la placa que invita a recorrer la plaza desde la cota inferior,
mostrando su mejor cara al barrio e invitándolo a acercarse; y la contracara,
el parque posterior que divide con una reja todo el conjunto con el Parque
Sarmiento.
¿Tendrá esto algo que ver con la diferencia de usuarios
que existen de un lado y del otro de esta reja?, ¿se promueve así el
encuentro y el acontecimiento social masivo?, y ¿se habrá pensado desde los
proyectistas éstos usos improvisados y éste público que parece no ser
bienvenido?
Más allá del aporte plástico del
edificio, al no existir una articulación entre las actividades interiores
con el espacio exterior, ni tampoco una relación, compositiva ni física, con
los museos vecinos, ni con el Parque Sarmiento, no se logra generar un sistema de espacios urbanos conectivos, quedando
separado de todo su entorno, asumiendo en el paisaje un conjunto de límites e
inmensos vacíos territoriales incapaces de permitir flujos improvisados en el
andar y la apropiación por parte de todos los usuarios.
Emergiendo, como un ícono del
“conjunto”, aparece el faro del Bicentenario. Este elemento que busca ser un
hito en la ciudad, se materializa de una forma innovadora, en una
columna de hormigón de planta elíptica que asciende helicoidal rotando sobre
su eje. Visible desde varios puntos del parque y desprovisto de un programa
concreto, el elemento atractivo pero sin uso y con un significado forzado, se
alza como un hecho casual, casi desinteresado del ya histórico referente
espacio público en donde está inserto. Si entendemos que otros monumentos o
columnas del parque fueron pensados como remates de grandes ejes.
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Giancarlo Mazzanti afirma que “el valor de la
arquitectura no está solamente en el objeto como tal, sino en lo que ella
produce: formas de comportamiento, propiciar relaciones, y la arquitectura
sirve como mecanismo para que eso se dé.”13
Una obra de estas características estéticas, sin duda
aporta a la ética del urbanismo. Pero invertir en la calidad del espacio
público, en su diseño y en sus materiales, debería de estar orientado
también, o primeramente, a las zonas más problemáticas o deficitarias de la
ciudad, entonces cabe preguntarse la razón de destinar 9 millones de pesos en
un monumento de arquitectura que cumple una función visual e icónica, pero ubicado
en uno de los barrios con menos déficit en la calidad del espacio público.
“Para que una transformación sea contundente y no solo
sea una transformación física sino también social, se debe tener una voluntad
política de crear un proyecto de ciudad claro que abarque todas las dimensiones
que necesita la sociedad.”14 Y así lograr una mezcla socialmente
más justa y políticamente emancipatoria de procesos de producción espacio-temporales,
más que consentir los que vienen impuestos por el capital financiero, y las
desigualdades generalmente asociadas a diferencias de clase interiorizadas en
cualquier sistema incontrolado de acumulación de capital.
¿Y si el panorama actual de desarrollo de la Media
Legua de Oro nos quiere mostrar solo una cara de esta desigualdad de
oportunidades donde se favorece a un sector de la sociedad?
Atentos a esto, hacer una ciudad con espacios y
recursos para la práctica de una ciudadanía inclusivamente comprometida en
todo su territorio, se convierte entonces en una cuestión crucial de la
voluntad política.
1 Pascual,
Manuel. Curador de la exposición “Condición Urbana: desbordes” sobre
fotografía cordobesa contemporánea. Espacio Cultural 220, Córdoba, 2015
2Centro Cultural Córdoba, Archivo Histórico de la Provincia y Faro del
Bicentenario. Arquitectos: Iván
Castañeda, Alejandro Cohen, Cristián Nanzer,InésSaal, Juan Salassa, Santiago
Tissot. (2010/2014)
3Dos corrientes de pensamiento distintas
influyeron en la cosmovisión filosófica que impactó en la acción política.
La primera
corriente de pensamiento era de inspiración cristiana,
sostenida por la doctrina del sacerdote jesuita Francisco
Suárez, de
la Escuela
de Salamanca, que pregonó que la autoridad es dada por Dios
pero no al rey sino al pueblo
La segunda
corriente de pensamiento fue racionalista, laicista e iluminista que sustentó la
filosofía política de Voltaire y de la Revolución
Francesa.
4Borja,
Jordi y Muxí, Zaida. “El espacio público,
ciudad y ciudadanía”. Editorial Electa, Barcelona, 2003.
5Infraestructura inaugurada por los últimos períodos de
Gobiernos Provinciales (Juan Schiaretti: 2007 al 2011 y José Manuel de la
Sota: 2011 al 2015) y Gobiernos Municipales (Daniel Giacomino: 2007 al 2011 y
Ramón Mestre: 2011 al 2015): Paseo del Bicentenario (2010), Estación Terminal
del Bicentenario (2011), Faro del Bicentenario (2011), Centro Cívico del
Bicentenario, nueva sede del Gobierno de la Provincia de Córdoba
(2011), Parque de Las Tejas (2011), Museo Palacio Dionisi (2013), Centro Cultural y Archivo Provincial de la ciudad de
Córdoba (2014)
6Mashini,
Dominique. “Cómo hacer ciudad: el modelo Medellín”. Sitio web:
Plataforma Urbana, Chile, 2012
7Borja,
Jordi y Muxí, Zaida. “El espacio público,
ciudad y ciudadanía”. Editorial Electa, Barcelona, 2003.
8Según datos de la Dirección de Estadísticas
Socio-demográficas de Córdoba, haciendo una comparación del censo nacional de
2001 y el censo provincial de 2008, Nueva Córdoba se transformó radicalmente:
la cantidad de viviendas aumentó casi el 4%: de 22.843 unidades pasó a
31.830; y la población aumentó un 23 %, para llegar a alrededor de
36.000 habitantes.
9Ya Aristóteles, en su texto “La Política”, defendía
que la ciudad debe estar compuesta por diferentes clases de personas, que no
existe la ciudad si la población se asemeja mucho. (Aristóteles. “La
Política”. Editorial Garnier Hermanos, Francia, 1932.)
11 Equipo director de
arquitectos. Descripción del
proyecto. Arquitextos, Publicación Oficial del Colegio de Arquitectos de la
Provincia de Córdoba, Córdoba, 2014.
12Ábalos,
Íñaki y Herreros, Juan. “Áreas de impunidad”. Capítulo Áreas de impunidad y
espacios vectoriales. Editorial Actar, España, 1997.
13Mazzanti, Giancarlo. Entrevista en la XIX Bienal chilena de Arquitectura y Urbanismo, Valparaíso,
2015.
14Borja,
Jordi y Muxí, Zaida. “El espacio público,
ciudad y ciudadanía”. Editorial Electa, Barcelona, 2003.
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3 E4_Florencia Heredia_obra: sede corporativa tarjeta naranja
Extraído de revista clik! TARJETA NARANJA diciembre de 2015:
1. Las intenciones y fines del ensayo
son por un lado, poner en jaque la obra de Arquitectura para descubrir su
finalidad, teniendo en cuenta la problemática actual del paroxismo
de lo icónico y de la opacidad en los
discursos, como también se planteaba Marina Waisman, “la paradoja entre lo sobre-diseñado/estetizado y la pérdida
de importancia socio-productiva de la arquitectura a partir del deslizamiento de las decisiones” y “los
sistemas de validación del diseño, los discursos y las ideologías en esta etapa avanzada del capitalismo global”, haciendo uso para ello de saberes autónomos
del campo disciplinar como de saberes heterónomos del campo de la publicidad, mercadotecnia,
lingüística.
2. Proselitismo
Entrelíneas. El rol propagandístico de la Arquitectura.
La RAE define al
proselitismo como el conjunto de actividades que una organización o una persona
lleva adelante con el objetivo de ganar adeptos para su causa, en este caso
particular, al tratarse de una corporación esos “adeptos” serán los futuros
clientes. La arquitectura se ha revelado un instrumento de marketing muy
poderoso para establecer la imagen diferencial necesaria para poder competir
eficazmente en el mercado, sin embargo denotar esta finalidad resulta un tanto
frívolo ante la mirada social, por lo que la estrategia es solaparla bajo
slogans seductores que cumplan con los estandartes de la moralidad.
3. P R O S E L I T I S M O E N T R E L Í N E A S
El rol propagandístico de la
Arquitectura.
“En lo inmenso es justo donde la arquitectura se vuelve
más y menos arquitectónica; más por la inmensidad del objeto. Menos por su
pérdida de autonomía –se transforma en instrumento de otras fuerzas,
depende”. (1)
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A
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ctualmente nos enfrentamos al conflicto de la Ciudad
posmoderna que se encuentra al servicio de la economía neo-liberal y la
lógica de poder capitalista- especulativa, estamos inmersos en el nuevo
paradigma del capital, la fuerza del mercado y una sociedad individualista y
materialista, en este contexto, el rol propagandístico de la arquitectura
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de los objetos ha cobrado relevancia como instrumento
de marketing. Frente a esto se presenta la problemática del paroxismo de lo
icónico, la híper-significación(2)y la híper-singularidad
formal , que no es más que el resultado de una mutación cultural general de
mucho mayor alcance: ya no tiene lugar únicamente en la realidad de un
espacio físico, sino en el universo virtual de las representaciones. Para
cumplir exitosamente con las leyes imperantes del mercado la arquitectura
necesariamente ha proliferado en virtud de su capacidad de persuasión
estética como también del discurso epistémico-vivencial que la envuelve, los
nuevos edificios deben constituirse como únicos, originales y de impacto
visual, deben des-domesticar
nuestra mirada, provocar una ruptura
del hábito, generar una sorpresa que capte la atención del espectador.
Según Philip Kloter, experto en marketing, una de las estrategias de
diferenciación más fuertes es la de la imagen, las personas reaccionan
positivamente ante productos que le brindan un estatus, los estudios realizados en este mismo campo arrojan que
un diseño innovador es lo más difícil de copiar, mientras que una estrategia
de servicio es lo más fácil, por lo que la clave para posicionar al objeto se
encuentra en la singularidad.
Por otro lado,
el día de hoy, la cultura arquitectónica huye avergonzada de la posmodernidad líquida que tan
alegremente exprimió hasta anteayer, y busca el consuelo purificador en un
retorno a los orígenes éticos. Para reivindicarse ante los ojos del mundo, el
arquitecto se sirve ahora de una relectura balbuceante del ecologismo,
renombrado como “sostenibilidad” (3), ante las expresiones visibles de la nueva vanguardia
ideológica del ciudadano-red y su reencontrada estética del compromiso.
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“Las
revoluciones empiezan mediante preguntas”(4), por ello se pretende echar
luz sobre algunas cuestiones de la obra Casa Naranja, edificio corporativo de
Tarjeta Naranja, preguntándonos sobre la finalidad perseguida por el objeto
en sí mismo y el papel que cumple en relación a la ciudad en función de los
temas acuciantes ya mencionados.
“Todos hacemos
ciudad de pensamiento, obra u omisión” (5). La sede corporativa de Tarjeta naranja se sitúa en un
borde del centro de la ciudad de Córdoba, en el área denominada Portal del
Abasto, polo administrativo y financiero resultado de una avanzada de la
ciudad hacia el río, a nivel macro, se ubica en la desembocadura de La Cañada
y la costanera del río Suquía, dos elementos de carácter urbano, rodeados de
edificaciones de gran escala que se constituyen como hitos. Por tanto, el scouting, con su consiguiente búsqueda
de la localización, es estratégico y hace uso del valor agregado que le
otorga el entorno, esto en el ámbito de la economía y la publicidad se
considera como “eficaz” en el camino a cumplir con su función conativa y
conseguir posicionar al edificio en la ciudad. “Lo eficaz es verdadero, lo que es verdadero es justo, en
consecuencia, lo que es eficaz es justo” (6) postula el crítico de
economía Le Mouël, este no es más que un modo de argumentar, que supone una discutible nueva moral basado en la competitividad.
Todo lo mencionado nos deja ver lo que la ciudad le
aporta al edificio, pero en retribución, dicha “eficacia” no sería tan
comprometida, ya que no se resuelve de manera atinada el vínculo entre el
objeto y la ciudad, al plantearse el acceso a las cocheras subterráneas justo
en la intersección entre la calle Tablada y Bv. Mitre, no sólo no contribuye
positivamente al problema de congestión existente sino que lo intensifica. Lo
mismo sucede con la gran explanada pública “donada a la ciudad” que precede
el ingreso que, aunque si acierta en su localización en esquina,
complementando los vacíos públicos
existentes del entorno, costanera del Suquia y Cañada, no termina de
configurarse lingüísticamente debido a los límites de formas irregulares que,
aunque estéticos, no puede leerse en ellos ninguna organización ni
correspondencia con lo urbano, que debiese ser siempre la guía, y queda
entonces como una arbitrariedad poco fundada y despojada de contextualidad.
Lo anterior lleva a pensar que se supeditan los nuevos tejidos generados a la
contemplación del “nuevo hito” en lugar de a la búsqueda de tramas y
organizaciones de mayor complejidad que contribuyan a la ciudad, sin embargo
la complejidad morfológica del edificio parece estar respondiendo a las
líneas ortogonales de las calles a nivel peatonal y a la del río o boulevard
con el quiebre de los pisos superiores.
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El edificio, de inversión
privada y proyectado por el reconocido
estudio AFT Arquitectos, que ya cuenta con obras icónicas en su haber y
representan por tal una garantía,
aparece frente a la vera del río con una gran personalidad y fuerza expresiva, dotado de una híper-singularidad, para ello se vale
de recursos como la riqueza formal, con quiebres, rupturas, y
desplazamientos, que no responden a ninguna necesidad pragmática y funcional
específica, sino mas bien a la contingencia de hacerlo atractivo a la vista
aprovechando los dictados del boulevard y la calle en algunos puntos; por
otro lado el color naranja vibrante de la fachada, en contraste con el gris
predominante en este sector del centro de la ciudad, ayuda a la consolidación
de la identidad corporativa. El branding (7) término utilizado en
mercadotecnia, nos advierte que el color cumple un papel clave, junto con el
símbolo y el logotipo, en la creación de la personalidad físicade la empresa.
Teniendo en
cuenta lo enunciado, no resulta curioso que presente una forma poco
convencional para una sede corporativa, distanciada de la tipología del rascacielos, lo
importante es destacarse, optando por un dinamismo
compositivo, por lo que en una manzana irregular , la volumetría responde
a un prisma trapezoidal también irregular, con ángulos no siempre rectos y
rotaciones en las fachadas que generan terrazas de formas inesperadas y dejan
ver la lógica de “edificio envuelto” a modo de packaging de producto, aunque sí hace uso de la estructura independiente de hormigón
armado, cerrado con carpinterías de aluminio y DVH.
En cuanto
al lenguaje, lejos está de ser un fiel reflejo del estilo internacional con su tradicional curtainwall, se caracteriza por una doble piel, para controlar el
asoleamiento y el microclima interior, conformada por 1900 parasoles o “lamas” metálicas verticales, importadas desde China, en colores
naranja, amarillo, rojo y gris. La fachada sur, a diferencia de las demás, es
cerrada hacia el exterior con terminación de placas de aluminio compuesto
(alucobond) en color gris. Se puso énfasis en la racionalización y reducción
del consumo de agua, reciclando el agua de uso corriente, que se almacena,
filtra y se vuelve a utilizar en las descargas de inodoro. Asimismo, se
recolecta el agua de lluvia y se reutiliza en todo el sistema de riego, lo
que le valió ser el primer edificio en Córdoba con la certificación LEED(8) (liderazgo en energía y
diseño ambiental). Esto refleja una preocupación
por la búsqueda de la eficiencia energética y la reducción
de costos de aclimatación, aunque también evidencia un doble discurso, ya que para ello se utilizan materiales costosos
en sí mismos, que no son producidos en el ámbito local. Quizá, como ya hemos
visto, esta idea eco-friendly sólo
sea otra de las estrategias de
marketing empresarial, apostando a la superioridad moral que la “moda
bien vista” de la sustentabilidad
otorga, aunque esta acción, de trasfondo, solape el inexorable deseo de
destacar apelando a la innovación.
Su intención
de distinguirse se encuentra también en el equipamiento de los espacios
públicos y semipúblicos. En la plaza principal, donde se realizan
exposiciones de arte, encontramos la escultura “el abrazo” hecha por un artista local de renombre, de una
escala que significó un desafío
tecnológico y sobre la cual David Ruda, presidente de Tarjeta Naranja,
afirmó que es un “abrazo con el que
está sentado al lado”. Otra, de uso privado para los colaboradores, posee
bancos que, vistos desde arriba forman la palabra “ Naranja”, legible desde los aviones y Google Maps,
pero que desde nivel observador no aporta mayores sobresaltos, dejando al
descubierto que lo que se busca, en realidad, no es “priorizar lo humano”(9) sino poner la marca en la
agenda mediática.
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Llegado este punto es debido pensar para qué fue creada la obra, algo tan
simple como eso nos remite a la inevitable respuesta de que básicamente parte
de una necesidad que no existe como tal,
se inventan razones, argumentos y causas en pos de generar una determinada imagen de marca, algo que es
comprensible en una sociedad donde prima más el “parecer” que el “ser”.
La
incorporación del arte en los espacios públicos como elemento integrador, la
apuesta por la sustentabilidad, la innovación, la calidad de diseño, etc.,
podría decirse que son iniciativas que denotan buenas intenciones pero, luego
de lo expuesto, podemos arribar a que respondería a una lectura sagaz, inteligente e interesada de lo
que “debía hacerse” por parte de los proyectistas, que pretenden capitalizar
las virtudes morales consecuentes de la idea del bien común, aunque en el fondo el fin primero sería satisfacer la
demanda de publicitar el servicio que
ofrece la corporación.
Es sabido que
todas las grandes marcas se sirven de logotipos que las representan
icónicamente; desde McDonald’s a Facebook, el hecho de contar con un ícono
hace de sus productos inmediatamente reconocibles, la iconicidad es una condición fundamental para obtener una mínima
visibilidad pero, ¿ puede la arquitectura recuperar su compromiso
primordial con la presencia en correlación con la apariencia?, ¿ es posible
hablar de bondad en una obra que,
aunque cumple en parte con el rol
social y la calidad de diseño,
estaría cargada de hipocresía
discursiva y surgiría en primera instancia de los intereses particulares
del poder?. La clave quizá sea lograr la optimización armoniosa y equilibrada
entre concepto y contenido, entre presencia y apariencia, lograr que las
buenas intenciones lleguen a traducirse en acciones concretas lo más
verdaderas posibles. “Signo es todo lo
que un objeto presupone”, desde esta perspectiva pragmática, el “signo” es
vehículo de valor, y ello implica un importante desafío ético para el proyectista, que ha de construir la semiótica del territorio y la memoria de los pueblos, entender la
importancia de esto es lo que hará trascender
la obra de arquitectura como mera herramienta banal de marketing. Con
respecto a esta obra en particular debemos rescatar la búsqueda, el despegue
de lo tradicional, los riesgos asumidos y su valioso aporte a lo que está por
venir, pero aún queda por hacer, quizá este sea el principio de un camino a
recorrer.
____________________________________________
1. Koolhaas, Rem .S, M, X, XL. Editorial
MonacelliPress. Octubre de 1995.
2. Blog Arquitectura
Entrelíneas. Arquitectura Icónica,
¿para qué sirve un ícono? Abril de 2013.
3. Características del
desarrollo que aseguran las necesidades del presente sin comprometer las
necesidades de futuras generaciones.
4. Frase del filósofo
Nietzsche, Friedrich citada por Abbate, Florencia. Deleuze para principiantes. Editorial Era Naciente SRL. 2001.
5. Frase que se postula en
la Declaración de los Derechos Urbanos, proyecto pedagógico abierto para
reflexionar sobre nuestras ciudades, desarrollando el espíritu crítico,
aprendiendo a priorizar y gestionar lo colectivo y valorando lo que tenemos.
6. Cita de Le Mouël por
Ríos- Fernández, Manuel y Sánchez, José. Eficacia
Organizacional; Concepto,
Desarrollo y Evaluación. Editorial Días de Santos SA. 1997.
7. Término utilizado en
mercadotecnia, proceso de hacer y construir una marca mediante la
administración estratégica del conjunto total de activos (símbolo y logotipo)
influyendo en el valor de la marca.
8. Sistema de certificación
de edificios sostenibles, desarrollado por el Consejo de la Construcción
Verde de Estados Unidos (US Green Building Council). Fue inicialmente
implantado en el año 1998, utilizándose en varios países desde entonces. Se
compone de un conjunto de normas sobre la utilización de estrategias
encaminadas a la sostenibilidad en edificios de todo tipo.
9. David Rueda, presidente
de Tarjeta Naranja, postula “priorizar lo humano” como una de las políticas
de la empresa.
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4 E4_Ana Castro Lavezzo_obra: parque educativo municipal barrio congreso
1. La intención de este ensayo es realizar una
crítica a la reciente obra arquitectónica impulsada por la Municipalidad de Córdoba: El Parque
Educativo de Zona Sur en barrio Congreso.
Puesto que este tipo de proyecto, el de los Parques
Educativos fue impulsado en América Latina desde Medellín (Colombia), y luego
se extendió a toda la provincia/región de Antioquia, donde tuvo gran
éxito. La postura o actitud desde el
cual se propusieron estos parques en Antioquia, es la de la Política Pública de
Participación Ciudadana, impulsado por el arquitecto colombiano Gustavo
Restrepo. Desde este fundamento, la idea de tener 5 Parques Educativos en la
ciudad de Córdoba suena acertado; sin embargo, la realización de la obra,
inaugurada el 19 de octubre de 2015, distaría de haber
alcanzado los objetivos propuestos. Por eso la intención del ensayo es la de
explicar o entender por qué no se lograron dichos objetivos.
2. El ensayo se titula
“Formas de tejer ciudad y ciudadanía, Parque Educativo Zona Sur en América
Latina”. Lleva este nombre ya que se pretende criticar a los parques desde una
óptica arquitectónica urbana y un eje sostenible; porque estos parques, que
buscan de una revalorización del espacio público, deberían ser un espacio de
encuentro democrático, como fruto de políticas de participación ciudadana.
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